La Cancillería de Uruguay dijo este lunes que el proceso electoral en Nicaragua que condujo a un nuevo mandato de cinco años para el actual presidente Daniel Ortega y su vicepresidenta esposa Rosario Murillo carecía de legitimidad.
Las autoridades uruguayas también insistieron en que el régimen de Ortega debería liberar a todos los presos políticos inmediatamente.
Estas elecciones carecen de legitimidad, ya que no han sido enmarcadas por estándares reconocidos internacionalmente, sujetas a órganos de control independientes e imparciales, ni cuentan con las debidas garantías para la participación de todos los actores políticos, dijo la Cancillería en un comunicado.
Las autoridades nicaragüenses tampoco aseguraron la plena vigencia de la libertad de expresión, participación y reunión, prosigue la declaración.
Por el contrario, el gobierno de ese país procedió a detener a un número significativo de candidatos presidenciales en los meses previos al acto electoral, arrestando también a numerosos miembros de partidos de oposición, violando además las garantías de transparencia, inclusión y verificación, imprescindibles a cualquier proceso democrático”, agregó.
Uruguay reitera su llamado al gobierno nicaragüense para que libere de inmediato a los presos políticos, garantizando el respeto a su libertad, integridad personal y el derecho a la participación política, exigió también el Ministerio.
Mientras tanto, Argentina optó por adherirse a “la tradición de la no injerencia”, a pesar de la condena mundial casi unánime. La Casa Rosada tuvo mucho cuidado en no cuestionar a Ortega, afirmando que a pocas horas del final de las elecciones, mantenemos nuestra tradición diplomática de no injerencia en asuntos internos de otras naciones.
La República Argentina ratifica su compromiso histórico con la defensa de los Derechos Humanos y apoya firmemente el trabajo de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, sobre la situación en Nicaragua, dijo la Cancillería argentina en un comunicado.
También señaló su preocupación por la detención de líderes opositores y la necesidad de que el gobierno nicaragüense garantice el respeto a los derechos humanos de toda la población.
“En Argentina entendemos que democracia significa respetar la diversidad ideológica y la participación ciudadana sin proscripciones. Debemos acompañar al pueblo nicaragüense para que recupere lo antes posible el diálogo y la convivencia democrática”, prosigue la declaración.
El mes pasado, el gobierno argentino se abstuvo de votar una resolución de la OEA para insistir en que Nicaragua liberara a todos los candidatos presidenciales y presos políticos y restituyera plenos derechos políticos a sus ciudadanos. La resolución fue aprobada por 26 países. Otros siete, entre ellos México, Guatemala y Argentina, se abstuvieron.
La postura de Argentina es una que le permitiría al país mantener relaciones diplomáticas con Nicaragua mientras condena los “bloqueos físicos y sanciones financieras” que solo agregan al sufrimiento del pueblo nicaragüense.
Apoyando plenamente a Ortega estuvieron Venezuela, Cuba, Bolivia y Rusia.
¡La paz triunfó en Nicaragua! El pueblo nicaragüense le ha dado al mundo una contundente lección de democracia. Honrando su heroica herencia sandinista, que otorgó, mediante la votación, una gran victoria al #FSLN. ¡Viva Sandino! ¡Viva Nicaragua! ¡Viva! ¡Comandante Daniel!”, escribió Nicolás Maduro en Twitter.
La Cancillería de Bolivia “saluda al hermano pueblo nicaragüense por su participación y vocación democrática en el proceso electoral”.
“Felicitaciones al pueblo hermano de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, por el resultado de las elecciones”, dijo en Twitter el presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Ortega ganó con el 75,92% de los votos, por delante de Walter Espinoza (14,15%). Otros cuatro partidos jugaron un papel marginal, con entre el 3,3% y el 1,7% de los votos.