MercoPress. South Atlantic News Agency
Hallan muerto a empresario argentino en el río Uruguay
Schneider vivía en Uruguay, pero su cuerpo fue encontrado en la orilla argentina del río. El empresario argentino Eugenio Schneider, propietario de un exitoso restaurante de sándwiches cerca de Paysandú en Uruguay, fue encontrado muerto en la orilla occidental del río Uruguay este sábado. Su cuerpo fue identificado el lunes por su familia. Tenía 81 años.
La Fiscalía de Gualeguaychú “determinó que la muerte del señor Eugenio Schneider se debió a ahogamiento y ya ha sido entregado a su familia” para su funeral, se anunció.
El jueves pasado, Schneider almorzó en su propio restaurante “La Pulpería” y luego se fue al río, donde solía nadar desnudo hasta que contrajo COVID-19, de lo cual estaba plenamente recuperado. Alrededor de las 5:00 pm, su familia denunció su desaparición a las autoridades.
El empresario argentino-alemán estaba a cargo del frigorífico Casa Blanca, así como del aclamado restaurant “La Pulpería”, además de una red de carnicerías en Montevideo.
Aparte de sus negocios, Schneider se había hecho un nombre como escritor (fue autor de dos libros y alumno de Jorge Luis Borges) que se hizo amigo de presidentes y tuvo un padre nazi.
Schneider había comprado el frigorífico en ruinas y lo resurgió hasta su valor estimado actual de alrededor de 35 millones de dólares.
Casablanca es un pequeño pueblo de 400 habitantes a 17 kilómetros de Paysandú. Schneider había sido el dueño de toda la localidad hasta que el Estado se la compró.
Otro dato que llamó la atención de sus allegados fue que cuando salió de su casa, Schneider había dejado allí sus pertenencias, como una agenda que siempre llevaba consigo.
La planta procesadora de carne Casa Blanca (Fricasa) concentra el 3,5% de la faena de Uruguay y cuenta con alrededor de 630 empleados, además de abastecer a sus 18 tiendas propias.
Los residentes de Casablanca han vivido “en sus casas” sin pagar alquiler, pero sus vidas dependían en gran medida del estado de ánimo de Schneider, se informó. El propio Schneider había reconocido en una entrevista que “la gente que trabaja para mí tiene miedo, pero solo de mí”.
“No le temen a la vida; me temen hasta el punto de creer que si me voy, todo se derrumbará ”.
