Los bolivianos que viven en Las Kantutas, en el distrito 8 de la ciudad de El Alto en el área de La Paz, se han quejado de que el gobierno gastaba más de 350 millones de dólares en la construcción de una planta nuclear en un área donde falta agua potable y alcantarillado entre otras condiciones de vida, se informó este viernes.
No tenemos los servicios básicos y el agua potable proviene de un pozo que perforamos a costa del bolsillo del vecino, dijo el líder vecinal Bernardo Guarachi. “Hay agua potable de un pozo para la urbanización entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche. El fluido no es todo el día porque el motor de la bomba se calienta. Para la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), no existimos”, dijo Guarachi.
La ironía es que la mayoría de los reactores nucleares en desarrollo están refrigerados por agua. La directora de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), Hortensia Jiménez, dijo que la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas (ONU) visita periódicamente el avance de las obras en la planta. ”Vienen y son ellos los que están (supervisando) la evolución y avance del proyecto, que responde a estándares de seguridad, aseguró.
Aproximadamente a una hora en automóvil del centro de La Paz, el área refleja las contradicciones entre la pobreza extrema y la empresa de alta tecnología. El presidente Luis Arce inició la construcción de la planta en julio.
El reactor ha sido denominado el tercer componente” del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear (Cidnt), integrado también por un Ciclotrón-Radiofármaco y Preclínico; e irradiación gamma multipropósito. El 6 de marzo de 2016, los gobiernos de Bolivia y Rusia firmaron un acuerdo para la construcción del centro de investigación nuclear y las obras de la planta comenzaron en 2017, pero se retrasaron en 2020 como consecuencia del cambio de gobierno.
Las condiciones de transporte desde el centro de La Paz hacia / desde Las Kantutas se llevan a cabo principalmente por una línea de microbuses con las iniciales SVA que atraen tanto a turistas como a trabajadores de la planta en su mayoría por caminos sin pavimentar. El recorrido dura aproximadamente de 10 a 15 minutos y el viaje involucra cuidado adicionales para no chocar con los promontorios de tierra que podrían dañar las ruedas o romper los amortiguadores.
Se espera que la planta nuclear impulse el desarrollo y mejore la calidad de vida de la población local, pero por ahora es solo una promesa. (Fuente: Los Tiempos)