El exvicepresidente Sergio Ramírez hizo un llamado a la comunidad internacional para que no reconozca el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre en Nicaragua.
El ahora proscrito líder político y escritor de 79 años dijo en una entrevista con el diario La Tercera de Chile que “sería un error muy grave de la comunidad internacional darles algún sesgo de legitimidad”. Por “ellos” se refería al presidente Daniel Ortega y a la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa y compañera de fórmula de Ortega.
Ramírez, quien fue vicepresidente de Ortega entre 1985 y 1990, agregó que “sé que la crisis nicaragüense no se va a resolver fuera de las fronteras, pero si la comunidad internacional duda en decir que Ortega no debe ser reconocido en el poder, sería un error, porque sería reconocer unas elecciones donde se burlan todas las reglas electorales”, dijo Ramírez, exiliado en Madrid.
Ortega buscará su tercera reelección consecutiva el 7 de noviembre.
Ramírez tiene orden de aprehensión de la Fiscalía nicaragüense por cargos de conspiración y lavado de dinero, básicamente el mismo argumento bajo el cual decenas de líderes políticos han sido encarcelados desde junio, particularmente aquellos que representan algún desafío a la candidatura de Ortega.
Ramírez insistió en que son elecciones en las que los verdaderos candidatos están presos y los falsos querrán legitimar al Frente Sandinista como único partido del país.
A juicio de Ramírez, Ortega había decidido acelerar su escalada represiva cuando se anunció la candidatura de Cristiana Chamorro –hija de la expresidenta Violeta Chamorro–. Ortega ya perdió una contienda presidencial contra Violeta Chamorro después de derrocar al dictador Anastasio Somoza.
El hecho de que tuviera que darle la banda presidencial a la hija de Violeta Barrios de Chamorro, a quien ya se la había dado antes, lo llenó de mucho miedo, dijo Ramírez.
El exlíder sandinista también dijo que no quedaba nada de la revolución que acabó con el régimen de Somoza. “Nicaragua es un país muy joven, el 70% de los habitantes tiene menos de 30 años. Para los jóvenes es un mal recuerdo o no lo recuerdan para nada. Y para quienes salieron a las calles a protestar en abril de 2018, la elección no es izquierda o derecha, sino dictadura o democracia. Entonces, lo que quieren los jóvenes es vivir en libertad, en un país de instituciones normales, de respeto a los derechos humanos. Me parece que el tema ideológico no es que haya desaparecido, sino que no se ha involucrado”, explicó Ramírez.
Otros grupos como el Movimiento Campesino Nicaragüense han respaldado el pedido de Ramírez ante el mundo al realizar una protesta el viernes frente a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en San José, Costa Rica, para exigir más presión sobre Ortega.
Los manifestantes también exigieron la liberación de todos los presos políticos y pidieron a la comunidad internacional que no permita que los derechos de los ciudadanos sean violados en Nicaragua.
La dirigente campesina nicaragüense Francisca Ramírez dijo en San José que seguirán exigiendo justicia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por los daños y perjuicios cometidos contra la comunidad campesina por el gobierno de Nicaragua y el empresario chino Wang Jing, socio de Ortega en el fallido proyecto del canal interoceánico, que buscaba crear otro pasaje entre los océanos Atlántico y Pacífico, además del Canal de Panamá, que, en palabras de Francisca Ramírez, “era una estafa”.