El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, emitió un decreto ordenando a todas las agencias federales que reduzcan el consumo de electricidad entre un 10 y un 20% de septiembre de 2021 hasta abril de 2022, ante la escasez sin precedentes en el suministro del fluido por parte de fuentes menos onerosas.
La medida tiene como objetivo evitar apagones, en un momento en que la actual sequía sin precedentes que afecta al país parece próxima a empeorar en un futuro cercano.
La decisión de Bolsonaro llega solo a las agencias del gobierno federal. Las oficinas estatales y municipales están a cargo de las autoridades locales.
Más de 22.000 edificios propiedad del gobierno federal y 1.400 rentados por éste deben cumplir con la meta de reducción de consumo establecida en los niveles de gasto energético prepandémico. La base de comparación es el consumo promedio en los mismos meses de 2018 y 2019, especifica el decreto.
Si bien la crisis del agua ya se refleja en una suba del precio de la electricidad hogareña por el uso de energía termoeléctrica que es más cara, el gobierno solo ha pedido a la población que consuma conscientemente, evitando medidas forzosas de racionamiento doméstico.
En 2001, la administración del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso se vio obligada a aplicar un racionamiento energético cuando una sequía similar a la actual afectó la producción de las centrales hidroeléctricas.
El Comité de Seguimiento del Sector Eléctrico (CMSE) dijo este martes tras una reunión extraordinaria que como se ha visto en los últimos meses, predomina la degradación de los escenarios observados y las perspectivas de futuro, con un deterioro relevante, por lo que la adopción de medidas era esencial.
El decreto, publicado el miércoles en el Boletín Oficial, incluye recomendaciones a los organismos públicos federales para reducir el consumo en sus operaciones rutinarias, como usar solo ventilación natural en días con temperaturas suaves, o usar las escaleras siempre que sea posible, entre otras sugerencias.
En mayo, otra decisión presidencial abordó la crisis, al habilitar licitaciones para contratar plantas generadoras que permanecerán en reserva, garantizando así el suministro sin cortes masivos en situaciones extremas.