MercoPress. South Atlantic News Agency
El informe de mayo de la OCDE prevé un crecimiento del 5,8% para 2021
De las economías encuestadas por la OCDE, Argentina es la que ocupa el último lugar. Se prevé que la economía mundial crezca un 5,8% en 2021, según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) titulado “Perspectivas económicas: una recuperación inusual. Navegando hacia la transición”, que se conoció en las últimas horas.
El nuevo reporte, que analiza datos hasta Mayo de este año, mostraría una mejora significativa con respecto a las proyecciones realizadas en diciembre de 2020, que lo estimaban el índice en 4.2%.
Esta revisión está en línea con otros organismos internacionales, dados los avances en la vacunación y el fuerte crecimiento que registraría Estados Unidos como consecuencia del “enorme estímulo fiscal” implantado.
Para 2022, el crecimiento global rondaría el 4,4%. A pesar de la mejora, el desempeño 2021-2022 cuando se lo mira desde PIB per cápita previo al estallido de la pandemia, los datos no alcanzan para recuperar lo que la crisis se ha llevado.
En el caso de Brasil, que creció 1,2% en el primer trimestre en términos desestacionalizados y alcanzó el nivel de PIB prepandémico, se proyecta una expansión anual de 3,7% para 2021 y 2,5% para 2022. Pero el PIB per cápita será menor que en 2019, al menos hasta el último tramo de 2022.
El desempeño reciente de Argentina no ha sido suficiente para compensar lo perdido durante 2020 y el PIB está cerca de un 4% por debajo de los niveles prepandémicos. Con una perspectiva de crecimiento del PIB del 6,1% y del 1,8% para el próximo bienio, el PIB per cápita tardaría cinco años en alcanzar ese umbral.
De hecho, de las economías relevadas por la OCDE, Argentina es la que ocupa el último lugar desde este ángulo.
Por otra parte, la inflación en Estados Unidos se ha convertido en un dato significativo, algo impensable en 2019 o antes y un aumento mensual del índice de precios al consumidor (IPC) del 0,6% durante el mes de mayo se hizo notorio para la OCDE, ya que colocó la inflación interanual en torno al 5%, por encima de las expectativas del mercado. En agosto de 2008, la inflación de 12 meses alcanzó el 5,4%.
En cuanto a los precios, cuya evolución refleja las presiones inflacionarias subyacentes -por cuanto excluye los precios más volátiles-, el incremento fue del 0,7% mensual y del 3,8% con relación al mismo mes del año anterior.
Las comparaciones interanuales muestran en cada ítem los efectos de la pandemia y las medidas desplegadas para frenar las infecciones, lo que ha llevado a dos meses de alta inflación para los estándares estadounidenses y por encima de la meta anual del 2% establecida por la Reserva Federal, que no mide el IPC, sino el gasto de consumo personal (PCE).
Los analistas aún debaten si se trata de un proceso de transición o un fenómeno que tendrá un impacto más fuerte con el tiempo, en una discusión que sale de los ámbitos académicos y llega a las arenas políticas con planteos que se enfocan en el apoyo para reactivar la economía y fortalecer la protección social.
Los republicanos interpretan el reciente aumento de los precios como consecuencia de acciones imprudentes de la administración del presidente Joseph Biden. Kevin Cramer, senador republicano y miembro del Comité Bancario del Senado, dijo que esto “debería tener un efecto aleccionador en cualquiera que insista en pensar que de alguna manera el país necesita más estímulo o que el país necesita más dinero gratis”.
En este escenario, se llevará a cabo la reunión de la Reserva Federal para el mes de junio. La postura de su titular, Jerome Powell, sobre estos temas es esperada con ansias para arrojar algo de luz sobre el progreso de la política monetaria en los próximos meses, algo que afectará los tipos de cambio y otros índices, especialmente en las economías emergentes.
