El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, anunció que los jugadores que participen en la próxima Copa América no estarán obligados a vacunarse, contrariamente a lo que se había sostenido la semana pasada.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) tomó la decisión de último minuto de reprogramar el evento desde Colombia debido a los disturbios políticos y luego desde Argentina debido a la pandemia de coronavirus. Al momento de ese anuncio también se especificó que los atletas que desearan competir deberían vacunarse contra el covid-19.
”Si se requiere la vacunación de los deportistas en este momento, no habrán sido inmunizados hasta el inicio de la competencia (13 de junio), (...) no será una imposición que se aplique la vacuna, dijo Queiroga.
Es mejor si tienen la vacuna, pero no se hará un gran esfuerzo para que otros atletas la tengan porque la vacuna podría causar una reacción y comprometer el ritmo de los jugadores”, dijo Queiroga.
La semana pasada, el presidente, Jair Bolsonaro, había asegurado que el evento se apegaría a protocolos sanitarios como los aplicados en otras competencias. Y el jefe de Estado Mayor, general Luiz Eduardo Ramos, aseguró que los integrantes de las diez delegaciones, no solo los jugadores, iban a ser vacunados.
Brasil ha registrado más de 474.000 muertes por covid-19 y enfrenta el riesgo de una tercera ola que podría llegar durante la disputa de la Copa América, que finaliza el 10 de julio, según varios investigadores.
El evento comenzará el domingo en Brasilia y finalizará el 10 de julio en Río de Janeiro, donde este lunes el Partido Socialismo y Libertad (Psol, izquierda) interpuso una orden judicial por la suspensión de los juegos en esa ciudad.
La celebración de la Copa fue recibida con enorme preocupación por la población de Río, dice el documento entregado a la Justicia por el diputado Flavio Serafini, del Psol.
Mientras tanto, Bolsonaro dijo que vio indicios de que la cantidad de personas muertas por el coronavirus había sido manipulada y que el 50% de las muertes atribuidas a covid habrían sido causadas por otras dolencias.
El martes insistió en que había enormes indicios de que hubo un sobreinforme de muertes para que los gobernadores obtengan más recursos federales destinados a combatir la pandemia. Hay mucha gente que dice que mi padre, mi tío, mi abuelo no murió de covid, sino de otra dolencia, aseguró.
Sostuvo que la curva de muerte en 2020 era sospechosamente atípica. ”Desde 2015, la tabla de muertes crece un 5%, 7%, 15% cada año, pero en 2020, si se toma el número de muertes por Covid, que fue de alrededor de 200,000, no hubo un crecimiento en las muertes en general (... ), hubo un crecimiento negativo, esta es una gran señal de manipulación de datos, planteó.