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Embajador argentino ante el Mercosur quiere que nuevos aranceles impulsen la producción local

Lunes, 3 de mayo de 2021 - 09:39 UTC
“Avanzar con la propuesta brasileña sería perder una oportunidad”, dijo Kestelboim. “Avanzar con la propuesta brasileña sería perder una oportunidad”, dijo Kestelboim.

El embajador de Argentina en el Mercosur, Mariano Kestelboim, dijo el domingo que estaba a favor de “un nuevo arancel externo común que promueva el desarrollo productivo”.

Kestelboim, economista de profesión y también embajador de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), entidad conformada por los países de América del Sur (excepto Guyana y Surinam) más México, Cuba y Panamá, explicó en una entrevista con la agencia Télam, que el bloque regional ”necesita un nuevo Arancel Externo Común (AEC) que se ajuste a las características productivas actuales“ y, a su vez, ”promueva el desarrollo de capacidades regionales“.

También sostuvo que el Mercosur era ”beneficioso“ para los países más pequeños del bloque, porque dada la forma en que los países se asocian a nivel global, ”es muy difícil avanzar con éxito con estrategias individualistas“.

El funcionario argentino explicó que el AEC vigente se promulgó hace unos 25 años y desde entonces no ha tenido ningún tipo de modificación sustancial, mientras que la estructura productiva local y regional junto con el comercio internacional han sufrido cambios clave que ameritan una revisión más profunda del AEC.

“Como resultado del avance en los sistemas de control y el desarrollo de las TIC, surgieron empresas megaindustriales con capacidades productivas fundamentalmente en Asia -y específicamente en China- con capacidades productivas que hace 30 años eran impensables. Esto implicaba que las escalas mínimas óptimas crecieron notablemente en industrias como la química, farmacéutica, plástica, que hoy tienen enormes economías de escala y barreras de entrada casi insuperables. De esta forma, hace 25 ó 30 años podíamos pensar en tener capacidad productiva en algunas áreas en las que ya no podemos competir”.

Pero también sostuvo que “nos parece que una propuesta de reducción lineal y transversal como la de Brasil no toma en cuenta estas modificaciones estructurales de las capacidades productivas y del comercio internacional que ameritan una modificación más ambiciosa del AEC en el sentido de aumentar los pasos. Si simplemente hacemos una modificación transversal del 10% para todos los puestos, no estaremos impactando con toda la fuerza necesaria para estimular el desarrollo productivo. No es lo mismo cobrar una tarifa a la tecnología que mejora la producción local que a un bien de sustitución por uno que se produce aquí. En el primer caso puede ser positivo, en el segundo se desaconseja la manufactura autóctona. Avanzar con la propuesta brasileña sería perder una oportunidad, ya que no es fácil reunir a los 4 países para discutir y modificar el CET en su totalidad”.

Kestelboim insistió en que la propuesta de Argentina busca “generar un mayor escalonamiento en el nivel de agregado de valor; es decir, donde haya capacidad productiva en la región, no hay reducciones arancelarias”, que sí se aplicarán para “los bienes y servicios que no fabricamos y necesitamos importar para que la producción sea más competitiva”.