El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció el miércoles la creación de un comité de expertos que se reunirá semanalmente para guiar la lucha del gobierno contra la pandemia Covid-19, que se propaga rápidamente y causa más de 3.000 muertes cada 24 horas.
Con la pandemia de Covid-19 prácticamente fuera de control, Bolsonaro finalmente cedió: La vida es lo primero. Hemos resuelto, entre otras cosas, que se creará una coordinación con los gobernadores y con el presidente del Senado Federal. El mandatario tomó estas medidas ante el aumento de la presión para la adopción de pasos concretos. El agravamiento del brote brasileño se atribuye a la propagación de variantes altamente contagiosas del virus.
El ministro de Salud, Marcelo Queiroga -la cuarta persona en ocupar ese cargo en la administración Bolsonaro- dijo que el Sistema Único de Salud (SUS) local será más fuerte luego de la creación del comité para dotar a la población brasileña de agilidad con una campaña de vacunación que pueda lograr [los objetivos y sea] capaz de reducir la circulación del virus.
Queiroga también anunció que se aplicarán nuevos protocolos para cambiar la historia natural de la enfermedad y prometió que el sistema de salud en Brasil dará las respuestas que la población brasileña quiere. Hasta ahora, Bolsonaro se ha mostrado reacio a comprar la vacuna CoronaVac y retrasó las adquisiciones de Pfizer y Janssen por razones que aún no están claras.
El cardiólogo Queiroga fue designado el martes para reemplazar a Eduardo Pazuello, un general del ejército en actividad que está siendo investigado en la Corte Suprema por presunta negligencia. Los dos predecesores de Pazuello dejaron el gobierno luego de chocar con Bolsonaro por sus políticas en materia de Covid-19.
El gobierno federal de Brasil se ha centrado en el desarrollo de la vacuna Oxford / AstraZeneca. Pero el ritmo del proceso de producción y aplicación está disminuyendo debido a problemas técnicos.
El presidente Bolsonaro, que se ha opuesto a los confinamientos y ha criticado las mascarillas, defendió sus acciones -u más bien inacciones- el martes, pero tuvo que dar un giro de 180 grados un día después. Quien minimizó repetidamente el virus, planteó dudas sobre las vacunas y defendió los medicamentos no probados como tratamiento, dijo que haría de 2021 el año de las vacunas. Muy pronto retomaremos nuestra vida normal, prometió luego de que el Ministerio de Salud informara que 3.251 personas habían muerto por el virus en las últimas 24 horas.
Bolsonaro había argumentado que el daño colateral a la economía provocado por las restricciones sería peor que los efectos del virus en sí, pero sus intentos de evitar que las autoridades locales las impusieran fueron bloqueados el martes por la Corte Suprema.