El empresario Kirchnerista Lázaro Baéz fue condenado el miércoles a 12 años de prisión por lavado de 60 millones de dólares entre 2010 y 2013. La causa se conoce como “la ruta del dinero K”, y Baéz es considerado el testaferro de Néstor Kirchner.
El tribunal determinó que los 60 millones de dólares de origen ilícito fueron trasladados a cuentas en paraísos fiscales, luego utilizados para la compra de bonos del Tesoro argentino y después depositados en las cuentas en Argentina de la empresa Austral Construcciones, propiedad de Báez.
Junto con el empresario también fueron condenados sus hijos Martín Báez, a una pena de 9 años de cárcel, Leandro Báez, a cinco, y Luciana y Melina Báez, a tres años en suspenso.
El tribunal federal condenó a Leandro en carácter de “partícipe necesario” en el delito de lavado de activos, mientras que Melina y Luciana por “partícipes secundarias”.
También fueron condenados los colaboradores más estrechos de Lázaro Báez, su abogado Jorge Chueco y su contable Daniel Pérez Galdín, a ocho años de cárcel.
En el caso del empresario Jorge Leonardo Fariña, el tribunal rebajó su pena de ocho a cinco años de prisión por haber colaborado en la causa.
En total, se condenó a 22 personas y se absolvió a tres. La sentencia puede ser apelada.
La “ruta del dinero K” comenzó a investigarse en 2013, todavía con Cristina Kirchner como presidente, aunque el impulso definitivo llegó en marzo de 2016, ya en el gobierno de Mauricio Macri y después que un canal de televisión difundiera imágenes que mostraban a Martín Báez contando grandes sumas de dinero en las oficinas de una financiera de Buenos Aires.
Lázaro Báez, de 64 años, está detenido desde 2016, tiempo que se le descontará a la condena. En septiembre pasado obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria, con tobillera electrónica
En su última intervención durante el juicio, el 30 de diciembre pasado, Báez se dijo víctima de una “persecución sistemática del poder político, la prensa y gran parte del poder judicial”.
Ex-cajero de un banco, Báez creó un imperio de negocios en Santa Cruz, donde ganó licitaciones petroleras y de obras públicas durante las presidencias del fallecido Néstor Kirchner y de Cristina Kirchner.
“Yo fui, soy y seré amigo de Néstor Kirchner. Nuestro vínculo empieza con mucha anterioridad a que se convirtiera en un político trascendente, sin embargo esto no quiere decir bajo ningún concepto que yo fuera su testaferro, ni de él ni de su familia”, aseguró Báez a finales de 2019.
Cristina Kirchner está acusada en otro juicio de favorecer a Báez en la adjudicación de decenas de obras viales en la provincia de Santa Cruz y el resto del país durante su gobierno. Se debate además sobre presuntos sobreprecios e incumplimientos de contrato en esas concesiones.
La actual vicepresidenta está procesada en nueve causas por supuesta corrupción durante su presidencia.