El presidente argentino Alberto Fernández y su homónimo brasileño, Jair Bolsonaro, mantuvieron por primera vez una reunión privada este 30 de noviembre. Durante el encuentro virtual, y a pesar de las marcadas diferencias entre ambos líderes, la materia más abordada fue el Mercosur y la importancia de la colaboración entre ambos países para potenciar el alcance del organismo, que también incluye a Uruguay y Paraguay.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y su par de Brasil, Jair Bolsonaro, realizaron una video-llamada este lunes 30 de noviembre, marcando el primer encuentro privado entre los dirigentes desde que Fernández ascendió al poder.
Según la Presidencia de Argentina, durante la conferencia se celebró la ceremonia del Día de la Amistad, en el que se conmemora el encuentro entre los ex presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney en Foz de Iguazú, hace 35 años. Por esta razón, Sarney también participó en la reunión.
“Es un día muy importante para Argentina y Brasil y para todo el continente, porque por primera vez empezó a pensarse en la integración del continente”, dijo Fernández respecto a la fecha.
Por su parte, Bolsonaro destacó que el Mercosur es el “principal pilar de integración” de Brasil y pidió generar “mecanismos más ágiles y menos burocráticos” en el marco del organismo multilateral. Además, el presidente paulista hizo hincapié en potenciar el turismo entre los dos países.
La videoconferencia no se limitó al Mercosur: también se trataron temas como la cooperación bilateral en materia de seguridad y salud. Ambos coincidieron en que la relación de Brasil y Argentina está avanzando en cuanto a seguridad, fuerzas armadas y salud pública. De hecho, Brasil permitió “de manera excepcional” la exportación de Midazolam, un fármaco para el tratamiento de pacientes con Covid-19 en estado grave, según informa el Palacio de Planalto.
“Nuestras fuerzas armadas tienen una excelente integración. Fortaleceremos nuestra integración en las industrias de la defensa y avanzaremos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen trasnacional”, indicó el mandatario brasileño.
El vínculo entre los dirigentes empezó con el pie izquierdo ya antes que Fernández asumiera el poder. Esto se debe, principalmente, a que el líder argentino se ubica en el espectro político sobre la izquierda, muy alejado del Gobierno derechista de Brasil.
Bolsonaro ha arremetido en varias ocasiones contra Fernández y se llegó a referir a él como “bandido de izquierdas”. A lo que este último respondió, en una entrevista de televisión, acusando a Bolsonaro de “racista, misógino y violento”.
“Ya ven. Es lo que pasa votando por partidos comunistas. La línea que asumió en Argentina es la misma del PT”, dijo el brasileño en referencia al Partido de los Trabajadores (PT), ya que el ex mandatario del partido, Lula da Silva, es muy cercano a Fernández.
En esta línea, uno de los momentos más tensos de su relación fue cuando Fernández visitó a Lula en una cárcel de Curitiba. El argentino ya se había expresado al respecto diciendo que Lula había sido “injustamente preso”.
La pandemia calmó la situación, pero uno de los hijos de Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, criticó la gestión de la pandemia en Argentina este septiembre. En un trino dijo que la cuarentena del Gobierno “socialista” de Fernández era “una calamidad”. No obstante, el diálogo entre las dos naciones parece querer rebajar el perfil de la relación de los líderes y abrir puertas a la colaboración internacional.