Yo fui, soy y seré siempre peronista, dijo Diego Armando Maradona el pasado 17 de octubre, al conmemorarse el Día de la Lealtad, frase que sintetizó el compromiso político del astro futbolístico, que nunca fue esquivo a marcar sus simpatías, algo que le ha valido elogios y críticas a lo largo de su carrera.
Mi viejo fue peronista, mi vieja adoraba a Evita, y yo fui, soy, y seré siempre peronista. Y esto no debería ser un problema. El problema es la intolerancia que nos plantaron. Por eso, feliz Día de la Lealtad peronista, escribió en sus redes sociales, en octubre pasado, el Diez, quien falleció hoy a los 60 años, a raíz de una descompensación cardíaca.
En ese emotivo posteo, Maradona no solo ratificó su orientación partidaria, sino que también envió su apoyo al gobierno que encabezan el presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner: Los banco a morir, sostuvo y pidió a los argentinos ser tolerantes y a mantener la pasión por nuestras convicciones, sean las que sean, pero con respeto.
Allí también se refirió a las críticas de sus detractores sobre sus contradictorias posturas políticas frente a los distintos gobiernos democráticos.
Los que no me quieren, repiten una y mil veces que yo apoyé a todos los partidos políticos que gobernaron en la Argentina. Dicen que yo fui peronista, que fui radical, que fui neoliberal. Y, en realidad, al que yo apoyé siempre fue a mi país, sin importar quien gobernara. Yo no fui a golpearles la puerta, y a pedirles una foto, fueron ellos los que me invitaron, enfatizó.
Yo le pido al pueblo argentino que apoye a este gobierno. Que lo haga desde sus casas, desde las redes. Porque este gobierno no es de Alberto y Cristina. Es de todos. Ya no es más el país de Ricachón y sus amigos. Y a vos Mauricio, te digo que a mí no me echaste de ningún lado. Fui yo el que dejó el futbol, para proteger la salud de mis viejos. Esa fue una decisión mía, y no le hice mal a nadie, cargó el astro futbolístico.
Maradona nunca transitó la arena política partidaria pero tampoco esquivó marcar sus simpatías en ese ámbito, algo que le valió elogios y críticas a lo largo de su carrera.
Amado por millones en Argentina y el mundo, la estrella del fútbol fue una figura codiciada para los presidentes democráticos.
El Diez tuvo su primer contacto con la Casa Rosada cuando festejó desde los balcones de Balcarce 50 el triunfo en el Mundial de México ’86 junto al entonces presidente Raúl Alfonsín.
Maradona también demostró su respeto por el presidente radical al enterarse de su fallecimiento, el 31 de marzo de 2009, cuando desde su cargo como técnico de la selección, aseguró a la prensa haber recibido la noticia con mucha tristeza.
”Cuando (Alfonsín) asumió la presidencia yo estaba en Barcelona y era muy importante la vuelta de la democracia a nuestro país”, recordó en ese momento.