Las aguas del Río de la Plata presentaban una tonalidad azul verdosa desde la zona del Delta del Tigre hasta los diques de Puerto Madero, fenómeno que, según los expertos, es producto de la presencia de cianobacterias producidas por algas afectadas por los altos niveles de contaminación y baja cantidad de oxígeno.
Frente a esta situación, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina convocó para el próximo lunes a un equipo de expertos de la Universidad de Buenos Aires, el Conicet, AYSA y de varios institutos de investigación abocados al tema de la floración algal, a fin de medir los niveles de toxicidad de las aguas y los pasos a seguir en caso que el fenómeno se prolongue en el tiempo, dijo a Telam el secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, Sergio Federovisky.
La floración de algas azul verdosas, o cianobacterias, está directamente relacionada con la presión de nutrientes orgánicos, principalmente de fósforo y nitrógeno, en el agua en combinación con temperaturas altas, explicó el funcionario.
Esto significa que son bacterias que se alimentan de esa materia orgánica con la que pueden realizar una fotosíntesis muy particular, y el exceso de esos nutrientes en el agua permite una floración exagerada de esas algas, por eso las aguas se tornan de color azul-celeste o verdosa, indicó Federovisky, un biólogo especializado en ecología.
Los investigadores señalan que podemos estar ante una situación que recién empieza, y por eso la decisión del Ministerio de Ambiente de ponerse al frente de la búsqueda de una estrategia para superarla, indicó.
Federovisky contextualizó el fenómeno en la situación de sequía y bajante de los ríos que se produjeron este año, y sobre todo en la gran cantidad de desechos cloacales, industriales, fertilizantes y pesticidas que se vuelcan a los cursos de agua, que elevan el nivel de contaminación.
Una situación similar se produjo hace casi ocho años, cuando el 28 de noviembre de 2012 las aguas del río también se tiñeron de un tono verdoso, y al igual que este jueves, despertaron la curiosidad y preocupación de los habitantes de Puerto Madero y de las zonas ribereñas del norte del Gran Buenos Aires.
La Brigada de Control Ambiental de Ministerio de Ambiente trabaja con AySA, con las autoridades ambientales bonaerenses y con el Municipio de Tigre para tratar, en el caso que fuera posible y necesario, de identificar si hay una o varias fuentes de contaminación, dijo Federovisky.
”Lo que yo consideraría más probable es que haya varias fuentes (motivos) que al sumarse hacen que el agua tenga una carga orgánica superior a lo normal”, agregó.