Las ballenas jorobadas que se perdieron en un turbio río lleno de cocodrilos en Australia, lograron encontrar el camino al mar. Nunca se había documentado un avistamiento de ballenas en el remoto Río Alligator Oriental, en el Parque Nacional de Kakadu, una región del Territorio Norte reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Nadie podía explicar por qué al menos tres de los mamíferos marinos se adentraron tanto en un río con poca visibilidad. El último de los tres cetáceos logró salir durante el fin de semana a través de estrechos canales en la desembocadura del río y volver al Golfo de Van Diemen, indicó el lunes Feach Moyle, responsable del parque nacional.
Logró salir con la marea alta y estamos encantados de que parecía estar en buen estado y no sufrir efectos negativos, señaló Moyle.
Las jorobadas pasan junto a la costa occidental de Australia en su migración anual, del trópico a la Antártica. Un grupo de personas que navegaban en el río avistó a los animales el 2 de septiembre, a más de 20 kilómetros de la desembocadura. Dos de las ballenas habían desaparecido para cuando llegaron las autoridades una semana más tarde.
La experta en delfines y ballenas del gobierno del Territorio Norte Carol Palmer dijo que era un misterio por qué se adentraría tanto una ballena en un río poco profundo lleno de cocodrilos.
Podrían haberse visto perseguidas por tiburones grandes, o quizá simplemente tomaron el camino equivocado, dijo Palmer. Pese al nombre del río, no hay alligators en Australia. Exploradores europeos que al parecer no conocían la diferencia le pusieron ese nombre por sus muchos cocodrilos. Las autoridades creían que la ballena era demasiado grande como para ser atacada por cocodrilos, salvo que enfermara o se debilitara.