El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció el domingo que renunciará a la pensión vitalicia que le correspondería una vez que deje el Gobierno, en momentos en los que el país está paralizado tras 18 días de huelgas y protestas contra su proyecto para reformar el sistema de pensiones.
Macron, que el sábado cumplió 42 años, rechazó beneficiarse de una ley de 1955 que otorga a los jefes de Estado una pensión vitalicia luego de abandonar la Presidencia, la cual equivale al salario de un consejero estatal, esto es unos 6.220 euros brutos al mes.
El mandatario hubiera contado con esos ingresos al finalizar su mandato en mayo de 2022, con 44 años, o en 2027, a los 49, si decide presentarse a un segundo quinquenio y resulta elegido. Mucho antes de lo que cobraría su jubilación cualquier trabajador si sale adelante su reforma, que prevé los 64 años como edad para acceder al 100% de la pensión que, en el caso de la mínima, será de 1.000 euros.
Se trata de una cuestión de ejemplaridad y coherencia, señaló el comunicado oficial del Gobierno, que agregó que en adelante la ley no se aplicará a ningún presidente. Los mandatarios también serán alcanzados por el sistema por puntos que está negociando el Ejecutivo.
Macron tampoco será miembro del Consejo Constitucional, el máximo órgano constitucional francés, que ex presidentes pasan a integrar con derecho a percibir 13.500 euros mensuales.
Su antecesor inmediato, Francois Hollande, también rechazó formar parte de ese organismo, mientras que Nicole Sarkozy dejó ese puesto en 2013, después que el Consejo rechazara sus cuentas de la campaña electoral de 2012.
El plan de reforma jubilatoria de Macron enfureció a los sindicatos de los 42 regímenes especiales que actualmente existen en Francia, entre ellos docentes, policías, empleados del ferrocarril y el subte.
La iniciativa de Macron provocó manifestaciones y huelgas en el sector de los transportes desde el pasado 5 de diciembre que mantienen parcialmente paralizado al país. Los gremios rechazaron una tregua navideña, afectando a los sectores turísticos y de pequeños y medianos comercios que llegan a facturar hasta el 30% de sus ingresos durante las festividades.