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Las consignas de Bolsonaro que hicieron magia: combatir la corrupción e inseguridad

En economía las propuestas son austeridad y privatizaciones. Se trata de planes impulsados por Paulo Guedes, conocido como el “gurú económico” del abanderado

El derechista Jair Bolsonaro, electo el domingo presidente de Brasil, presentó un programa que implica un realineamiento de opciones económicas, sociales y diplomáticas de la principal potencia latinoamericana. El ex capitán del Ejército, de 63 años y diputado desde 1991, hizo campaña como candidato del Partido Social Liberal (PSL), bajo el lema “Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”.

 Estas son algunas de las principales propuestas de su programa: Economía: austeridad y privatizaciones Algunas de las principales medidas de Bolsonaro en su programa de gobierno tienen que ver con la economía. Se trata de planes impulsados por Pablo Guedes, conocido como el “gurú económico” del abanderado derechista.

En este sentido, el líder del PSL propone reducir la deuda pública de Brasil en un 20%, lo que hará mediante privatizaciones, concesiones y venta de propiedades públicas. Asimismo, ha propuesto crear un sistema de jubilación por capitalización, así como redistribuir la “carga tributaria para que los que pagan mucho paguen menos y los que evaden y ocultan, paguen más”.

Inseguridad y corrupción: rigidez y persecución Además de la economía, la seguridad y el combate contra la corrupción han sido los otros temas en los que Bolsonaro ha hecho hincapié en su plan de gobierno. En este sentido, se ha mostrado abierto a flexibilizar la legislación sobre el porte de armas, ya que son “instrumentos, objetos inertes, que pueden usarse para matar o para salvar vidas. Eso depende de quién las maneje”.

Del mismo modo, el Presidente electo tiene contemplado bajar la edad de imputabilidad penal de 18 a 17 años, propuesta que flexibilizó, ya que inicialmente proponía llevarla a 16 años. Esto se suma al plan de “protección jurídica”, garantizada por el Estado, para los policías en ejercicio de su actividad y tipificar como “terrorismo” las invasiones de propiedades. En tanto, en lo que se refiere a la corrupción, propone “un gobierno decente, diferente de todo aquello que nos sumió en una crisis ética, moral y fiscal”.

Relaciones Exteriores: cambios en la dirección. Días antes de las elecciones, Jair Bolsonaro ya se había acercado a diferentes gobernantes de la derecha latinoamericana, como Mauricio Macri (Argentina), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Sebastián Piñera (Chile), a quienes ha expresado su admiración y ganas de trabajar en conjunto.

Asimismo, enfatizó en que “dejaremos de encomiar a dictaduras asesinas y de despreciar y atacar a democracias importantes como las de Estados Unidos, Israel e Italia”. En esa línea y de acuerdo a su perfil conservador de Bolsonaro, en su plan educacional, enfatizó que “los contenidos y los métodos de enseñanza tienen que cambiar. Más matemáticas, más ciencias y portugués. Sin adoctrinamiento ni sexualización precoz”.

En tanto, el programa de Bolsonaro no menciona el aborto, que en Brasil está autorizado en casos de violación, de peligro para la vida de la madre o de fetos con anancefalia. El candidato, no obstante, prometió vetar cualquier tentativa de flexibilización de esa ley. Asimismo, tampoco hay mención alguna a los derechos LGBTI. Y si bien varias de sus declaraciones fueron abiertamente homofóbicas, en la campaña trató de mostrarse más amigable.

En materia de medio ambiente, Bolsonaro planteó reunir en un solo ministerio las áreas del gobierno que se ocupan de “política económica y agrícola”, de “recursos naturales y medio ambiente rural”.