La Asamblea Nacional francesa aprobó, en primera instancia, la prohibición del uso de teléfonos móviles en colegios e institutos a partir del próximo curso. El voto en primera lectura en la Asamblea Nacional tiene que ser validado por el Senado en una fecha todavía por definir.
La propuesta de ley establece que, a excepción de aquellos lugares en los que el reglamento interior lo autorice expresamente, los alumnos no podrán utilizar un móvil en las escuelas primarias, las secundarias y los institutos.
El texto considera que su uso “provoca numerosas disfunciones incompatibles con la mejora del clima escolar” y que su prohibición permitirá garantizar un entorno que favorezca la concentración.
Incluso en el recreo, apunta, “puede ser nefasto al reducir la actividad física y limitar las interacciones sociales”.
El 93 % de los adolescentes de entre 12 y 17 años, según una encuesta de la Autoridad de Regulación de Comunicaciones Electrónicas (ARCEP), tenían un teléfono móvil en 2016, frente al 72 % de 2005.
Su uso, según los diputados, es susceptible de fomentar prácticas de riesgo como el ciberacoso o el cibersexismo, así como de exponer a los alumnos a “contenidos violentos o chocantes”, como la pornografía.
Con esta prohibición se quiere dotar de un marco jurídico adaptado a una práctica ya extendida en algunos de los 51.000 colegios y 7.100 institutos del país, que según las conclusiones de la cámara ha sido “satisfactoria”.
La propuesta detalla que la medida no afecta al “uso pedagógico” de esos dispositivos, dentro de un “proyecto educativo preciso y controlado por el personal educativo”.