Luego de permanecer casi dos décadas como presidente de BBVA, Francisco González dejará su puesto en 2019, y lo hará con un patrimonio superior a los 110 millones de euros (unos US$136 millones).
La cifra corresponde a los recursos que ha acumulado por sus años a la cabeza del grupo financiero. De esta forma, podrá liberar los fondos que la entidad destinó a su plan de pensiones, que alcanzan los 79,7 millones de euros, publica el medio El Economista.
Además, tendrá acciones en el banco, las cuales fue recibiendo durante sus años de servicio como retribución y otras que él ha adquirido. El valor actual de estos títulos es de alrededor de 30 millones de euros. Su sueldo fijo en 2017, su penúltimo año completo de mandato, fue de 2,475 millones de euros.
Cuando González cumplió 65 años en 2010, con un cambio de estatutos amplió su permanencia como primer ejecutivo del grupo. Su fondo de jubilación se externalizó a una póliza de seguros, que no puede ser utilizada hasta que abandone sus funciones ejecutivas, que debería ser cuando cumpla los 75 años en octubre del próximo año, cuando el reglamento impida que siga en su puesto.
El banquero controla un 0,068% del capital de BBVA, tiene 4,234 millones de títulos de la entidad, de los cuales 1,74 millones son a través de su sociedad patrimonial Belegar Inversiones, que además participa en otras sociedades, teniendo en este grupo financiero su inversión más importante. Belegar tenía 40 millones de euros en activos a fines de 2016, entre los que se incluye un 0,026% de acciones de BBVA.
El banco ya empezó a buscar un sucesor y el mismo González aseguró que no habrá sorpresas, ya que a principios de febrero dio a entender que el próximo máximo responsable sería el actual consejero delegado, Carlos Torres, bajo una presidencia no ejecutiva de José Manuel González-Paramo. Sin embargo, se especula sobre la candidatura de Jaime Caruana, el ex gobernador del Banco de España, luego que entrara al consejo de administración de BBVA.
Si se compara el dinero que se llevará González con su partida con las cifras de otros grandes ejecutivos del sector financiero español, el monto no se ve tan alto. El ex consejero delegado de Santander, Alfredo Sáenz, hace unos años recibió 86 millones de euros sólo por pensión e indemnización. Otro ejemplo es la cantidad que tuvo que destinar el mismo banco a Ángel Corcóstegui, que ascendió a 108 millones de euros.
Para el BBVA la renovación de sus directivos durante los últimos años le ha significado importantes pagos, como en el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri que se fue con 53 millones de euros y Ángel Cano que lo hizo con 45 millones de euros.