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Falklands: de la primera elección hace 68 años, a los astutos electores de estos días

Martes, 7 de noviembre de 2017 - 10:02 UTC
 Lisa Watson afirma que la primera elección general en Falklands se trató de algo extraño,  limitado por lo remoto del electorado como por lo impredecible del clima Lisa Watson afirma que la primera elección general en Falklands se trató de algo extraño, limitado por lo remoto del electorado como por lo impredecible del clima
Por ser una comunidad tan pequeña, en verdad los votos están más influenciados por el conocimiento personal que tienen los electores del candidato/candidatos. Por ser una comunidad tan pequeña, en verdad los votos están más influenciados por el conocimiento personal que tienen los electores del candidato/candidatos.
Algunos de temas que preocupan son medio ambiente, política de viviendas, visitas de oftalmólogos, superávits presupuestales, escuela primaria, atención pediátrica Algunos de temas que preocupan son medio ambiente, política de viviendas, visitas de oftalmólogos, superávits presupuestales, escuela primaria, atención pediátrica
Los candidatos además de pelear por sus espacios en los medios están expuestos a sufrir el embate de dardos y flechas disparados desde las páginas de Facebook Los candidatos además de pelear por sus espacios en los medios están expuestos a sufrir el embate de dardos y flechas disparados desde las páginas de Facebook

La editora del semanario de las Falklands, Penguin News hace algunas reflexiones a propósito de la elección general de este jueves 9 de noviembre cuando se renovarán las ocho bancas de la Asamblea Legislativa, que en los hechos es la máxima expresión del gobierno autónomo de las Islas, y con creciente influencia y consulta en temas relativos a las relaciones exteriores, que hasta hace no tanto eran exclusividad del Foreign Office.

 Lisa Watson comienza recordando que hace sesenta y ocho años las Islas Falkland celebraron su primera elección general y se trató de un acontecimiento algo extraño, cuando no limitado debido a la distribución remota del electorado (comunicaciones lentas) como lo impredecible del clima. Con toda seguridad la campaña electoral era bastante breve, muy pocos se presentarían para un número de plazas democráticamente disponibles, y en efecto aquellos que se animaban a candidatearse mucho dependían del “lugar” que ocupaban en la sociedad, al momento de hacerse pública su aspiración.
Y por supuesto había muy pocas opciones en cuanto a la promoción de ideas o puntos de vista, ya que la prensa local era prácticamente inexistente y además no existían correos electrónicos ni Facebook.

También sería interesante saber cuán confiados se sentirían los candidatos al prometerle a los electores su intención de implementar “cambios”, cuando en realidad el resto del gobierno (potencialmente nueve integrantes no incluyendo al gobernador) estaba compuesto por miembros no electos de la burocracia local. Los jefes de departamentos del gobierno de las Islas y otros personajes no electos pero dominantes, sin lugar a dudas en aquellos años trabajaban y además festejaban juntos en una suerte de círculo cerrado.

Pero hoy en día las cosas han cambiado: el proceso de votación es más ágil, alcanza a todo el archipiélago, e igualmente la campaña se desarrolla en cada año electoral. Lisa Watson explica que como editora por años de un semanario, recuerda cuando prácticamente nada sucedía hasta tanto se hacía el anuncio oficial de los nombres de las candidatos, con todos ellos, mayoritariamente amparándose en no revelarse hasta último momento. Una táctica confiesa que nunca comprendió como algo muy lógico. Por qué no informar al electorado de la intención de candidatearse, a menos que por supuesto se tuviera alguna “fallita”, “pecadillo”, que puede no ayudaría exponer a la luz pública.

Afortunadamente ese enfoque extrañamente defensivo ya casi no existe y los candidatos se lanzan de lleno al ruedo de la batalla electoral. Y es algo que puede definirse como realmente heroico, pues se tendrá que combatir por ese rinconcito informativo en la radio o la televisión, y responder a enojosas preguntas del diario local, Penguin News, además de voluntariamente sufrir el embate de dardos y flechas disparados desde páginas de Facebook.

Si bien el Penguin News está impedida de indicar favoritismo por algún candidato, Lisa Watson admite que tampoco sería tan determinante si se perdiera la neutralidad: se trata de una comunidad tan pequeña, al igual que hace 68 años, que en realidad los votos están más influenciados por el conocimiento personal que tienen los electores respecto a la personalidad del candidato/candidatos.

Eso es inevitable en las Falklands y es un punto a favor de vivir en una comunidad pequeña, pero también los candidatos no tienen que desesperar, Lisa Watson les dice que en verdad todo lo que han declarado y escrito no serán esfuerzos en vano.

En efecto, ya que en estos días un número importante de electores tienen fácil acceso a información sobre el gobierno y como es administrado, y las preguntas que se realizan pueden ser respondidas casi de inmediato, con toda seguridad se estará juzgando a los candidatos en función de su conducta y proceder actuales, y no sólo en los de sus pasados.

Y la ráfaga y amplitud de temas planteados en el debate público en las pasadas semanas por los electores indican que aquellos que despiertan interés y preocupación, y demandan prioridad incluyen: el medio ambiente, inmigración, una sola circunscripción electoral, política de viviendas, visitas de oftalmólogos, superávits presupuestales, nueva escuela primaria, apoyo pastoral y atención pediátrica, entre otros.

Se trata de aéreas donde una respuesta bien elaborada podría muy bien lograr un valioso voto extra. Y considerados deben ser del momento que existe un número de candidatos inclinados a presentarse como extremadamente optimistas en cuanto a sus intenciones o apelan a memorias por demás breves, cuando el elector de las Falklands es bastante más astuto de lo que se llega a pensar o imaginar.

Los electores saben muy bien que una vez electos quienes hacen tantas promesas, cualquier cambio debe ser el resultado de un consenso de opiniones. Por tanto si bien el nuevo gobierno, tiene por cierto mucho más peso e influencia que aquella pandilla de hace 68 años, individualmente son relativamente débiles. Por tanto aquellos candidatos con capacidad de presentar argumentos persuasivos y convincentes, y que dispongan del suficiente oficio para crear las necesarias alianzas son sobre quienes recaerá promover y avanzar las promesas anticipadas durante la campaña. (Penguin News)

 

Categorías: Política, Falklands-Malvinas.