El ejército de Brasil entró nuevamente en acción este lunes hoy para apoyar a la policía en varias redadas contra el narcotráfico en algunas de las favelas más violentas de Rio de Janeiro, aunque aparentemente después de que un soldado advirtiera a los narcos.
”El soldado de 19 años, “fue detenido (...) por sospechas de que pasaba información al narcotráfico”, dijo a la prensa el coronel Roberto Itamar. Según policías citados por la televisión GloboNews, los traficantes fueron alertados por la noche de la operación y emitieron por radio llamados a “dispersarse”.
Una veintena de personas fueron así y todo detenidas, indicó la estatal Agencia Brasil. Los operativos se llevaron a cabo en siete favelas de la zona norte, entre ellas el Complexo do Alemao -una densa y laberíntica localidad donde la policía raramente se adentra- y Jacarezinho, donde siete personas han sido asesinadas en los últimos diez días, precisó la oficina de seguridad de Rio en un comunicado.
Se trata de la tercera operación de este tipo en las últimas dos semanas, con participación de soldados, personal de la fuerza aérea y la marina, así como de policías y agentes de la fuerza élite de inteligencia federal lanzaron al amanecer operaciones en siete barriadas.
“Equipos de las fuerzas armadas aseguran los perímetros en algunas de estas regiones y se ubican en puntos estratégicos para garantizar el orden” , indicó el texto. “Algunas vías están cerradas y el espacio aéreo está restringido para la aviación civil”, añadió.
Un año después de que el mundo aplaudiera su exitoso despliegue durante los Juegos Olímpicos, la segunda ciudad más grande de Brasil atraviesa por grandes dificultades financieras y sus desmoralizadas fuerzas policiales luchan para contener a las bien armadas bandas de narcotraficantes que reinan en numerosas favelas.
La decisión en julio del presidente Michel Temer de enviar militares a Rio dejó en evidencia que la policía de este estado ha perdido la capacidad de hacer frente a la lucha, a menudo sangrienta, contra los traficantes de droga. Un centenar de policías han muerto en Rio en lo que va del año.
La corrupción también ha obstaculizado las operaciones policiales y, en junio, se emitieron órdenes de arresto contra 185 oficiales acusados de colaborar con bandas narcotraficantes, incluso alquilándoles armas automáticas.
El ejército es la institución más respetada por los brasileños y hasta ahora se ha logrado mantener fuera de la trama de corrupción que afecta al estado brasileño en todos sus niveles. En la primera mitad del año, Rio registró 3.457 homicidios, el nivel más alto de violencia desde 2009 y 15% superior que el del mismo periodo de 2016.