La presidente del Tribunal Supremo de Brasil, Cármen Lúcia Antunes Rocha, exigió “respeto” para el poder judicial, en una aparente respuesta a críticas realizadas este lunes por el presidente del Senado, Renán Calheiros.
”Cuando un juez es agredido, cada juez es agredido”, declaró la magistrada en un acto público, en el que agregó que “no hay ninguna necesidad, en una convivencia democrática y libre, de hacer alguna crítica fuera del estrecho límite de la constitucionalidad”.
Aunque Antunes Rocha no aclaró el contexto de ese comentario, sus palabras fueron interpretadas como una respuesta a Calheiros, quien el lunes descalificó a un magistrado que ordenó arrestar a cuatro agentes de la Policía del Parlamento que supuestamente intentaban boicotear una investigación sobre un sonoro escándalo de corrupción.
Según el juez Vallisney de Souza Oliveira, la detención se debió a que los agentes habrían ayudado a algunos parlamentarios a evitar ser objeto de unas escuchas telefónicas ordenadas por la justicia en el marco de las investigaciones sobre la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras.
“Fueron obtenidas pruebas de que ese grupo, liderado por el director de la Policía del Congreso, Pedro Ricardo Araújo Carvalho, tenía la finalidad de dificultar las investigaciones de senadores y ex senadores sometidos a vigilancia con equipos de inteligencia”, explicó la Policía Federal al justificar el arresto.
Calheiros, que integra una lista de cerca de medio centenar de políticos investigados por la trama de corrupción en Petrobras, se mostró indignado con el arresto de los policías y llegó a calificar la detención como “una invasión” al Poder Legislativo.
“Un juececito de primera instancia no puede, en ningún momento, atentar contra uno de los poderes de la Nación”, declaró Calheiros en una dura crítica que extendió también al ministro de Justicia, Alexandro de Moraes, de cuyo despacho depende la Policía Federal.
“El ministro actúa como un jefecito de Policía” al permitir “este espectáculo inusitado”, declaró Calheiros, quien insistió en que la detención de los policías del Parlamento fue un “abuso” y constituyó una “intromisión”, de la justicia en el Poder Legislativo.