El presidente de EEUU, Barack Obama, admitió que la llegada de indocumentados centroamericanos a su país ha crecido en el último año por la “desesperación” en los países del Triángulo Norte y opinó que la estrategia para estabilizar esas naciones puede tardar “una década” en completarse.
“(La llegada de indocumentados centroamericanos) se disparó en 2014, volvió a bajar en 2015, y ha vuelto a subir este año porque todavía hay desesperación en Centroamérica. Pero no ha llegado a los niveles que vimos en 2014”, dijo Obama en una conferencia de prensa junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi, en la Casa Blanca.
La cifra de inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera entre México y EEUU creció un 23% durante el año fiscal que terminó en septiembre pasado, hasta 408.870 personas, respecto al periodo anterior, según informó este lunes el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense.
Ese dato pone de relieve la creciente inmigración desde Centroamérica a Estados Unidos, una tendencia que alcanzó su punto de mayor repercusión mediática en el verano de 2014, cuando miles de niños cruzaron solos la frontera tras un largo y peligroso viaje.
En este año fiscal (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), 408.870 inmigrantes cruzaron la frontera suroeste y fueron apresados por la Patrulla Fronteriza, es decir, un 23% más que en el año fiscal anterior, cuando la cifra de indocumentados fue de 331.333.
El incremento de niños que cruzaron solos la frontera entre México y EEUU fue del 50%, pues en este año fiscal se registraron 59.692 detenciones frente a las 39.970 del periodo anterior. A pesar del aumento, el cruce y aprehensión de menores es más bajo que en 2014, cuando 68.541 niños llegaron a Estados Unidos.
Obama se refirió a la inmigración desde Centroamérica cuando comentaba el tema de la llegada masiva de refugiados de distintos países a Europa, al recordar que Estados Unidos también ha afrontado un gran flujo de inmigrantes procedente de Guatemala, El Salvador y Honduras en los últimos años de su Presidencia.
Recordó que hace dos años encargó a su vicepresidente, Joseph Biden, “diseñar un plan” en conjunto con esos países para afrontar las causas de raíz que provocan la emigración, como la pobreza y la violencia, y EEUU aumentó sus fondos “para lograr una Policía más eficaz” e “ invertir en la juventud” local, entre otras medidas.
“Esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, será potencialmente una lucha que durará una década”, opinó Obama.
“Pero mientras tanto, insistimos en que esos países nos ayuden a difundir el mensaje de que este es un viaje peligroso hacia Estados Unidos y que si llegas aquí es probable que tengas que volver; a intentar desalentar este trayecto peligroso, pero también a entorpecer los esfuerzos de los traficantes de personas que abusan de la desesperación de esta gente para ganar dinero”, agregó.