La presidenta suspendida Dilma Rousseff fustigó el miércoles al canciller José Serra por el tono que aplica a la política exterior del interino Michel Temer y enfatizó que el Brasil no puede comportarse como un país imperialista respecto a sus vecinos, en especial Uruguay.
Rousseff hizo la afirmación durante un encuentro con mujeres dirigentes sociales, al referirse al comentario del canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa quien habló de una suerte de compra de voto por parte de Brasil para que Montevideo cambie su posición respecto de Venezuela.
No es posible que un canciller brasileño tome esa actitud en relación a un canciller uruguayo, Brasil no puede darse el gusto de creer que compra algún país. No somos imperialistas, nosotros nunca lo fuimos. No podemos tratar a los países de esta forma, dijo.
Empero tanto Serra como Nin Novoa dijeron haber superado el entredicho, que llevó al Palacio de Itamaraty a convocar al embajador uruguayo en Brasilia, Carlos Amorín.
Rousseff, sometida a juicio político y quien puede ser destituida por el Senado en dos semanas, afirmó durante el encuentro transmitido en vivo por Facebook que hay otros estragos que están siendo cometidos en política exterior.
Serra al recibir al legislador opositor venezolano Luis Florido, titular de la comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional, dijo que todos los países deben presionar para que se realice en Venezuela un referendo revocatorio.
Sin embargo, se negó a aplicar la misma fórmula de un sistema revocatorio de gobiernos en Brasil pero consideró que el país es demasiado complejo con 5.500 municipios y 27 estados para ello.