La aerolínea British Airways anunció este domingo que dejará de servir comida a los pasajeros que viajen en clase turista, también llamada económica, en vuelos de menos de ocho horas y media de duración.
La rebaja de la oferta alimentaria está encaminada a reducir gastos en la compañía integrada en el grupo de aviación hispano-británico International Consolidated Airlines (IAG), junto a las españolas Iberia y Vueling y la irlandesa Aer Lingus.
La misma medida afectará también a los pasajeros de la clase economy premium que viajen en vuelos de menos de siete horas.
La aerolínea tomó esta decisión el pasado mes, después de que varios medios informaran de que la antigua compañía pública británica tenía previsto cobrar por el servicio de comidas, tal y como hacen otras rivales en el sector de bajo costo (low cost).
Muchos de los vuelos entre, por ejemplo, la costa este de Estados Unidos y aeropuertos del Reino Unido tienen una duración de entre siete y ocho horas, mientras que los viajes a las ciudades canadienses de Toronto o Montreal tardan unas siete horas.
El cambio de política en este apartado coincide con la llegada el pasado abril de su nuevo consejero delegado, el español Alex Cruz, de 50 años, quien comenzó su carrera en el transporte aéreo en 1995 en American Airlines.
Revisamos regularmente nuestro servicio de bebidas y alimentos para asegurar que invertimos donde más importa a nuestros clientes, dijo hoy un portavoz de BA.
La aerolínea obtuvo durante 2015 un beneficio neto de 2.890 millones de euros, mientras que la matriz IAG ganó en el primer semestre de este año 554 millones de euros, lo que supone un incremento del 66,8 % respecto al mismo período de 2015.