Varios miles de estudiantes chilenos salieron el domingo a las calles junto a adultos mayores y niños en una marcha familiar para demandar cambios profundos en el sistema educativo y en rechazo a un proyecto del Gobierno sobre la enseñanza universitaria
Un domingo frío y con amenaza de lluvia conspiró contra una mayor participación en la marcha, que recorrió la Alameda Bernardo O'Higgins, la principal avenida de Santiago, hasta una plaza situada a solo tres calles de La Moneda, la sede del Gobierno, donde conocidos artistas locales animaron números musicales.
De todas maneras la manifestación reunió finalmente a varios miles de personas y a diferencia de lo ocurrido a mitad de semana, cuando una marcha estudiantil se convirtió en una sucesión de enfrentamientos con la Policía, esta vez todo transcurrió de forma pacífica.
Las familias también rechazan los proyectos de ley, las familias chilenas no nos queremos endeudar por tener una buena educación, dijo a los periodistas Diego Arraño, portavoz de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), una de las organizaciones convocantes.
En tanto, Gabriel Iturra, portavoz de la Confederación de Estudiantes de Chile, que agrupa a las federaciones universitarias, admitió que el movimiento ha perdido el apoyo masivo de los chilenos y recalcó que el propósito de conquistarlos de nuevo para alcanzar sus metas de gratuidad y calidad en la enseñanza.
Queremos volver a un proceso de legitimidad que nos permita a nosotros poder en conjunto de una manera transversal, a través de toda la sociedad chilena, poder decir fuerte y claro que no nos gusta esta reforma, dijo.
El proyecto sobre la enseñanza universitaria ha sido criticado por estudiantes, docentes y rectores universitarios, que lo consideran ambiguo en puntos claves, como los plazos y la forma para alcanzar la gratuidad universal, que fue una promesa de campaña de la presidenta Michelle Bachelet.
En ese contexto, Camila Rojas, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), acusó a la gobernante coalición Nueva Mayoría de responder a los intereses de unos pocos en vez de los intereses de las grandes mayorías.
Vemos que esta reforma no nos representa, que este proyecto lo único que hace es responder y favorecer a quienes han lucrado y han hecho negocios con nuestra educación, remarcó.
Hoy día existe una educación para ricos y otra para pobres, una educación que depende del estrato económico del cual tú provienes, que lamentablemente genera lucro, endeudamiento y no permite a las familias poder desenvolverse dentro de sus vidas, añadió.
El diputado Giorgio Jackson, ex dirigente estudiantil en 2011, cuando comenzaron las manifestaciones a favor de una educación gratuita, sin lucro y de calidad en Chile respaldó la manifestación y recordó que la gratuidad es una promesa de gobierno.