El ganador del Premio Nobel, Joseph Stiglitz, dijo que las políticas monetarias exacerbaron la desigualdad y es necesario reencaminarlas para que apunten mejor a hacer que fluya dinero hacia las economías y a ayudar a las pequeñas y medianas empresas.
En una entrevista con Bloomberg Television, el economista dijo que políticas como la flexibilización cuantitativa -como las que impulsó Estados Unidos y Europa después de la crisis de 2008 para aumentar la circulación de dinero- eran una versión de la economía del derrame y que el aumento posterior de los precios de los activos sólo benefició a los miembros más ricos de la sociedad.
El problema principal es el acceso al crédito para pequeñas y medianas empresas, es llevar ese flujo de dinero a la economía real, dijo Stiglitz. Está bien tener una burbuja en el mercado bursátil si uno tiene muchas acciones. Pero si uno forma parte del 80% inferior de Estados Unidos, tiene pocas acciones y no salta de alegría ante el aumento de las acciones. Admitámoslo, la enorme mayoría de nuestro accionario es propiedad del 1% de la población.
Los comentarios de Stiglitz llegan en un momento en el que algunos bancos centrales del mundo se ven obligados a echar más mano a sus herramientas de política económica para contribuir a sostener sus economías. Como a las autoridades económicas les cuesta salir del malestar económico, algunos hasta llegaron a proponer la idea del dinero helicóptero, que busca dar el dinero directamente a los consumidores.
El profesor de la Universidad de Columbia, que dijo que la Reserva Federal puede hacer más para encauzar dinero hacia las pequeñas empresas y la economía, también criticó las tasas negativas, en parte debido a su posible impacto sobre el crédito.
Los peligros de las tasas de interés negativas —si uno no las administra extraordinariamente bien; algunos países lo están haciendo razonablemente bien, otros no— es que de hecho debilitan el sistema bancario, dijo Stiglitz.
Si debilitan el sistema bancario, los bancos van a otorgar aún menos crédito. Si bien pueden tener cierto efecto sobre los mercados financieros, en lo que realmente debe preocuparnos, que es el flujo de crédito a las empresas, no funcionan.