En tanto se confirmaba que cuatro millones de residentes de Santiago de Chile continuarán con el servicio de agua potable restringido hasta por lo menos el martes, la presidenta Michelle Bachelet, informaba la muerte de dos personas y varios desaparecidos producto del desborde del río Mapocho que atraviesa Santiago y ha inundado las calles de la capital provocando el colapso de vías y obras públicas.
“Lamentablemente, hasta ahora, hay dos personas fallecidas y ocho personas más presuntamente desaparecidas por efecto de las crecidas de los ríos. Como presidente de la República hago llegar mi afecto y solidaridad a las familias”, manifestó Bachelet en mensaje a la Nación.
La mandataria informó, además, que existen 324 damnificados y 429 personas aisladas.
“Superar la emergencia es lo primero, por lo tanto, las responsabilidades se verán cuando corresponda y con la investigación pertinente”, expresó Michelle Bachelet.
Por su parte el gobierno de la capital chilena anunciaba el corte de agua como resultado del desborde del río Mapocho, lo que no se veía desde hace casi tres décadas, por las fuertes lluvias que afectan la zona central de Chile desde el viernes.
Tenemos cuatro millones y medio de personas sin agua potable hasta al menos mediodía del martes, anunció Claudio Orrego, intendente de Santiago en un último informe sobre la emergencia que afecta a la capital chilena.
Los cortes de agua comenzaron el sábado y alcanzan a 29 comunas de Santiago, afectando a más de la mitad de su población de unos siete millones de personas. También algunas comunas han sufrido cortes de energía eléctrica.
Orrego confirmó además que las lluvias provocaron deslizamientos de tierra y crecidas de los ríos que nacen en la cordillera de la zona central que han dejado varios muertos y desaparecidos.
Esta emergencia ha sido provocada por un frente de tiempo inclemente que se abate sobre Santiago y que ha superado los más de 50 milímetros de lluvia, el triple de las precipitaciones que caen normalmente en esta época en la zona central.
El gobierno chileno decretó el cierre de los colegios de la capital el lunes, y pidieron flexibilidad para el horario de ingreso de trabajadores.