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La apertura con EE.UU.: un fenomenal boom turístico para Cuba

Martes, 5 de enero de 2016 - 01:50 UTC
El restablecimiento de vuelos regulares entre ambos países, suspendido durante décadas, ha sido uno de los primeros acuerdos del “ deshielo ” El restablecimiento de vuelos regulares entre ambos países, suspendido durante décadas, ha sido uno de los primeros acuerdos del “ deshielo ”

Entre enormes retos y tras superar el umbral de los 3,5 millones de turistas el pasado año; Cuba encara con nuevas expectativas en el turismo el 2016, año en el que se espera un nuevo récord de visitantes, especialmente de EE.UU. La llegada de estadounidenses a la isla aumentó en casi un 75% en 2015 respecto al año anterior, con más de 147.000 visitantes de ese país atraídos por conocer la “isla prohibida” y amparados en el alivio de las restricciones a los viajes a Cuba aprobado por el presidente de EE.UU., Barack Obama, a principios del pasado año.

 Dentro del proceso de normalización de relaciones entre ambos países, no es descartable que en 2016 el Congreso de EE.UU levante la prohibición a sus ciudadanos de viajar como turistas a Cuba, lo que, según analistas, podría implicar una avalancha de 3 millones de viajeros solo de ese país en el primer año.

El restablecimiento de vuelos regulares entre ambos países, suspendido durante décadas, ha sido uno de los primeros acuerdos del “ deshielo ” y es previsible que sean realidad a mediados de año, lo que contribuirá a un mayor flujo de viajes de EE.UU hacia Cuba; opción que ahora solo es posible con vuelos chárter.

Numerosas aerolíneas estadounidenses, como American Airlines, Delta Airlines, United Airlines o JetBlue Airways, ya han expresado su interés en establecer conexión directa con la isla cuando el acuerdo entre en vigor, que según los cálculos del Departamento de Estado se traducirá en 110 nuevos vuelos a la isla, 20 diarios a La Habana y 10 al resto del país.

En medio de este “boom” de turistas, que crecieron un 17,8% en 2015 con Canadá, Alemania, Reino Unido y Francia como principales países emisores, Cuba empieza el año en plena temporada de cruceros -de diciembre a abril- en la que atracarán en la isla al menos 14 buques con un total de 90 escalas.

Eso se traducirá en la llegada en esos cruceros de unos 600.000 visitantes, según los cálculos del profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana, José Luis Perelló; entre los que se incluyen los 1.750 que llegaron la pasada semana a La Habana en el buque MSC Opera, el más grande que ha atracado nunca en la isla.

También está previsto que durante 2016 empiecen a operar los ferry que conectan la isla con Florida, y por eso en La Habana desde hace meses se pueden apreciar los trabajos para habilitar una terminal para esos buques, que podrán transportar a casi 1.000 pasajeros.

De momento, ya tienen la licencia de EE.UU para ofrecer este servicio las compañías de Florida, Havana Ferry Partners, Baja Ferries, United Caribbean Lines, Airline Brokers Co, International Port Corp; además de America Cruise Ferries, de Puerto Rico y la española Balearia; que están a la espera de los permisos exigidos por las autoridades cubanas.

Además de Estados Unidos, también está en perspectiva el mercado de China, que cuenta desde diciembre con una nueva conexión aérea directa entre Pekín y La Habana, la primera directa que busca atraer a los turistas de esa región de Asia hacia el Caribe.

El aumento de visitantes pronosticado para 2016 conllevará una presumible demanda de alojamientos para Cuba que en la actualidad dispone de 62.000 habitaciones, de las cuales más del 60% están bajo contrato de comercialización extranjera y un 16% son operadas por empresas mixtas.

Por ello, las autoridades del sector han anunciado sus planes para ampliar hasta 85.000 las habitaciones en 2020, incluidas más de 13.600 previstas para abrir en “polos de sol y playa” durante 2016.

En ese marco, la cadena francesa Accor Hotels, el mayor grupo hotelero de Europa y Latinoamérica, prevé inaugurar en 2018 el hotel de lujo “Sofitel So La Habana” que construirá en la emblemática esquina de Prado y Malecón de la capital cubana.

A la infraestructura estatal se suma lo que el economista cubano Juan Triana ha denominado “la segunda cadena” hotelera de la isla, hoy con más de 21.000 habitaciones arrendadas por particulares, así como unos 2.700 restaurantes privados, negocios que además proporcionar empleo en la isla, pagan impuestos al gobierno.