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Griesa dio cuatro meses a bonistas 'me too', para cuantificar demanda contra Argentina

Jueves, 1 de octubre de 2015 - 11:04 UTC
La Corte de Apelaciones pidió a Griesa el pasado 16 de septiembre que acotase la clase de bonos susceptibles de ser incluidos en la causa La Corte de Apelaciones pidió a Griesa el pasado 16 de septiembre que acotase la clase de bonos susceptibles de ser incluidos en la causa

El juez federal Thomas Griesa dio cuatro meses de plazo a los bonistas “me too” (yo también), que no aceptaron las reestructuraciones de la deuda soberana argentina, pero que tampoco se sumaron a la demanda que ganaron los fondos especulativos o 'buitre' desde un primer momento, para que cifren los daños reclamados a la Argentina.

 En una conferencia que tuvo lugar este miércoles en el Tribunal Federal de Nueva York, Griesa pidió al abogado que representa a los “me too” que buscan sumarse a los fondos litigantes NML de Paul Singer, y Aurelius, cifras concretas de cuánto dinero (con intereses incluidos) reclaman a la República Argentina.

La Corte de Apelaciones pidió a Griesa el pasado 16 de septiembre que acotase la clase de bonos susceptibles de ser incluidos en la causa y el magistrado definió que serían aquellos que no se hubiesen traspasado (o sea cambiado de manos, vendido) desde que empezó la causa (llamados “bonos de pertenencia continuada”) y no los que se compraron o vendieron durante el proceso.

Griesa pidió al abogado de esos bonistas, Saul Roffe, que cuantifique el monto final que supondría la deuda con las nuevas condiciones.

El abogado pidió entre seis y ocho meses para facilitar la cifra entre las ocho clases de acreedores que representa, pero el juez dijo que no le parecía “razonable” y pidió una respuesta en cuatro meses, tras lo cual convocó una nueva conferencia el primero de diciembre para dar seguimiento a la recopilación de datos información.

Roffe explicó durante la conferencia que para poder recabar todos los datos tendrá que contactar con la entidad financiera Caja de Valores de Argentina y con el agente de pago Euroclear, así como otras entidades en Hong Kong o en Japón.

Esta tercera parte del litigio se refiere a bonistas que no se acogieron a las reestructuraciones propuestas por Argentina en 2005 y 2010 y que tampoco emprendieron acciones legales individuales contra el país.

Cuando avanzó la causa de los “fondos especulativos o buitres”, que tienen una sentencia a favor de pago de 1.300 millones de dólares más intereses en concepto de bonos sin reestructurar, desempolvaron su causa para sumarse a los beneficios logrados por NML y Aurelius, de ahí que se les apodara los “me too” (los “yo también”).