El empresario brasileño José Hawilla, dueño de Traffic, agente de jugadores, dueña de los derechos televisivos de numerosos campeonatos y organizadora de la Copa América, está en el ojo del huracán ya que está colaborando con la justicia de Estados Unidos tras llegar a un acuerdo respecto al caso de sobornos y lavado de dinero que involucra a la FIFA.
En efecto Hawilla firmó un acuerdo de colaboración: aceptó devolver 151 millones de dólares y es acusado de delitos como fraude, lavado de dinero y obstrucción de la Justicia por su participación en el caso.
Traffic fue fundada en 1980 en San Pablo y ha adquirido, a lo largo de este tiempo, los derechos comerciales de los principales torneos de la región; entre ellos, la Copa América, la Copa Oro de la Concacaf, la Copa Libertadores, la Copa de Brasil y de la Liga de Fútbol de Norteamérica (NASL).
Desde 1987 posee los derechos de la Copa América y organiza el torneo continental que tendrá lugar en Chile los próximos meses de junio y julio y la edición Copa América Centenario, prevista para ser disputada en Estados Unidos en 2016.
Actualmente también mantiene los derechos televisivos de las eliminatorias del Mundial en la región de la Concacaf, de los amistosos de la selección de México y de la liga de ese país y de la Copa de Brasil.
También medió en el acuerdo millonario entre Nike y la selección brasileña, que se prolonga de manera ininterrumpida desde 1996 y que ha sido cuestionado numerosas veces por su opacidad. La compañía dio el salto en 2008 al negocio de administrar la carrera de jugadores y entrenadores y, entre otros, tiene los derechos de futbolistas como Hernanes (Lazio), Renato Augusto (Bayer Leverkusen), Kléber (Oporto) y el argentino Darío Conca.
Traffic también vendió al Barcelona a jugadores que no tuvieron éxito, como Douglas, Keirrison y Henrique. Además tiene acuerdos de colaboración o patrocinio con clubes como el Manchester United inglés y los brasileños Gremio, Palmeiras, Fluminense y Atlético Mineiro.
Más recientemente compró el club portugués Estoril Praia en una maniobra que le puede permitir sortear la norma de la FIFA que va a prohibir a las empresas tener parte de los derechos federativos de los jugadores.