Un juzgado de Guatemala dictó el domingo una “orden de arraigo” contra la ex-vicepresidenta del país, Roxana Baldetti, quien el sábado perdió la inmunidad que la protegía al ser aceptada su dimisión en el Congreso de la República.
La Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) hicieron la solicitud tras conocer que el Congreso había verificado y aprobado la renuncia de Baldetti.
El presidente de la República, Otto Pérez Molina, fue el encargado el viernes de comunicar la dimisión de Baldetti, quien, a través de la misiva de renuncia, explicó que esta decisión obedecía a un solo fin: eliminar toda sospecha de corrupción sobre ella. En una sesión plenaria ordinaria celebrada en el Congreso de Guatemala, los diputados verificaron la firma del escrito y aprobaron la solicitud de Baldetti de alejarse de su cargo.
“El resultado de la votación es el siguiente: votos a favor 149, votos en contra 0, ausentes 9. Por tanto, habiendo mayoría queda aceptada la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti”, proclamó el presidente del Congreso, Luis Armando Rabbé Tejada.
La salida voluntaria de Baldetti, periodista, política y maestra, se produce a cuatro meses de los próximos comicios electorales, que se celebrarán el 6 de septiembre. El hecho deja en jaque al gobierno, ya que ahora el presidente Pérez Molina debe conformar una terna para ocupar la Vicepresidencia guatemalteca y después es el Congreso el encargado de elegir el nombre final.
La ex-vicepresidenta de Guatemala Roxana Baldetti, renuncia a solicitar una indemnización por parte del Estado, informó su portavoz, Karla Herrera. Según dijo a los periodistas el portavoz oficial de la Presidencia, Jorge Ortega, Guatemala tendrá nuevo vicepresidente previsiblemente la próxima semana.
La dimisión de la vicepresidenta puede ayudar a acrecentar “el sentimiento” de algunos actores sociales que durante las últimas semanas exigieron también la dimisión de Pérez Molina.
Los tres integrantes de la lista para la vicepresidencia que Pérez Molina presentará al Congreso, detalló, serán personas cercanas al mandatario, “en las que pueda confiar” y que, a la vez, le ayuden a “protegerle la espalda” en otros sectores, como el empresarial.