El diario New York Times publicó un editorial contra la justicia de EE.UU., y respecto del conflicto entre la Argentina y los fondos especulativos buitre, que reclaman el pago total de los bonos de la deuda en cesación de pagos en su poder, sostuvo que las cortes han fallado, y hasta ahora las sentencias no han logrado más que enriquecer a muchos abogados.
En una nota titulada El caso argentino no tiene ningún ganador, pero muchos perdedores, escrita por el jefe de la sección Finanzas, Floyd Norris, se planteó que el sistema judicial de los Estados Unidos puede haberse excedido en sus facultades y puede que se vea obligado a retractarse.
En ese sentido, el New York Times advirtió que el mundo de las deudas soberanas quedó patas para arriba tras la victoria de los fondos de inversión encabezados por Elliott Management contra Argentina.
Destacó que las personas y las empresas pueden declararse en bancarrota y pedir a un juez que cancele o reduzca sus deudas, y añadió que en los Estados Unidos, las ciudades también se pueden declarar en bancarrota y reducir sus obligaciones, como hizo este mes Detroit.
Sin embargo indicó que no hay un sistema similar para países, y recordó que hace más de una década, después de la crisis financiera asiática, el FMI propuso un mecanismo de reestructuración de deudas soberanas para países, pero los Estados Unidos y otros países rechazaron la idea por supuesta violación de soberanía.
Con bonos bajo ley de Nueva York, como son muchos, solía suceder que si un país entraba en default, se lo llevaba a juicio y se lo obligaba a pagar. Pero la inmunidad soberana hacía que el fallo no pudiera ser ejecutado. Así, la mayoría de los bonistas terminaban negociando algún tipo de reestructuración de deuda, a menudo con la intervención del FMI, subrayó el diario neoyorquino.
No obstante, remarcó que el fallo contra Argentina le dio a los bonistas una razón para no entrar en futuras reestructuraciones de deudas internacionales, y puntualizó que bajo el fallo del juez Griesa, a los fondos de inversión les puede ir mucho mejor que a los que entraron en reestructuraciones de deudas, y no les puede ir peor. Eso, si el fallo se puede ejecutar.
La publicación señaló que en las bancarrotas empresariales, los acreedores que pierden el dinero de sus préstamos a menudo reciben acciones de las empresas que surgen de la bancarrota, ofreciéndoles al menos la posibilidad de una recuperación si la empresa reestructurada prospera.
Si bien admitió que no se puede tener acciones de un país, puso de relieve que Argentina intentó algo similar; sus bonos incluían cláusulas que aumentaban los beneficios si la economía del país crecía lo suficientemente rápido.
De hecho creció, y a los bonistas les fue mejor de lo que esperaban inicialmente, afirmó el New York Times, al tiempo que consideró que a primera vista, se podría entender que el fallo del juez Griesa promueve la rectitud, disuadiendo a países de tomar deuda que no van a poder pagar.
Sin embargo, alertó que también se puede entender lo contrario si los prestamistas interpretan que hasta un préstamo incobrable eventualmente tendrá que ser pagado.
En consecuencia, indicó que el juez Griesa ha repetido que Argentina tiene que negociar con los fondos, pero estimó que incluso si el país así quisiera y fuera capaz de hacerlo, es difícil ver cómo esa negociación detendría a otros fondos de iniciar sus propios reclamos de pagos totales.