El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, calificó como “un poco pesimista” la proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el crecimiento de la economía de Brasil este año, que fue reducida al 0,30 % en el informe de Perspectivas Económicas Globales divulgado esta semana.
El organismo multilateral, que ya había reducido de 1,8 % en abril hasta 1,3 % en julio su previsión para el crecimiento de Brasil en 2014, ahora proyecta una expansión de sólo un 0,30 %, la menor para el país desde 2009.
“La previsión del 0,30 % me parece un poco pesimista por parte del fondo. De aquí a un mes, cuando tengamos la reunión del G-20, ellos pueden alterar esa previsiones. Vivimos en un mundo volátil”, afirmó Mantega en una rueda de prensa.
El titular de la cartera de finanzas admitió que Brasil registró una actividad económica “muy débil” en el primer semestre de este año pero dijo confiar en que en los últimos seis meses el crecimiento será muy superior.
Según los datos oficiales, el PIB brasileño se contrajo un 0,6 % en el segundo trimestre de este año frente al primero y acumuló dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, lo que los expertos consideran como una situación de “recesión técnica”.
El Gobierno, sin embargo, sostiene que habrá una ligera recuperación en el segundo semestre y que la economía cerrará con una expansión del 0,9 %. El Banco Central, por su parte, proyecta para 2014 un crecimiento del 0,60 %.
En cualquiera de los casos, esas proyecciones permiten prever una fuerte desaceleración económica tras la ligera recuperación de 2013. Luego de haber crecido un 7,5 % en 2010, el avance de la economía brasileña fue del 2,7 % en 2011, de sólo el 1,0 % en 2012 y del 2,3 % en 2013.
Pese a ser considerada como “pesimista” por el ministro, la proyección del FMI para el crecimiento brasileño en 2014 es muy próxima a la de los economistas del mercado financiero, que prevén una expansión de sólo el 0,24 %.
Mantega atribuyó el mal desempeño de la economía en el primer semestre a la decisión del Banco Central (BC) de elevar las tasas de intereses a sus mayores niveles en tres años como herramienta para combatir la inflación.
Pero aclaró que el Gobierno ha adoptado una serie de medidas para incentivar el crédito que comienzan a dar frutos y que pueden darle un impulso a la economía en lo que resta del año.
“Tenemos varios indicadores que muestran que el crédito comenzó a recuperarse a partir de la adopción de medidas como la reducción del encaje bancario”, aseguró.
Agregó que diferentes indicadores muestran una recuperación desde julio y citó como ejemplo el aumento del 13,7 % en las ventas en vehículos en septiembre frente a agosto.
Mantega se refirió a las nuevas proyecciones del FMI en una rueda de prensa que convocó poco después de reunirse con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que aspira a la reelección en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 26 de octubre próximo, pero viene siendo criticada por la debilidad de la economía.
Según el ministro, el FMI se dejó influir en su proyección para la economía brasileña por la baja expansión a nivel mundial provocada por la lenta recuperación en los Estados Unidos y la aún baja aceleración en Europa.
“De las economías avanzadas, tan sólo Estados Unidos y Reino Unido están creciendo. Japón paró de crecer y Alemania está con dificultades. Hay personas que quieren atribuir las dificultades a problemas brasileños pero son problemas mundiales”, dijo en referencia a las críticas de los partidos opositores.
Según el funcionario, el Gobierno entregará la economía al final de este año en una situación sólida, con una baja deuda externa, elevadas reservas internacionales y desempleo en niveles mínimos.
“Al contrario de otros países, tenemos parámetros económicos saludables. El nivel de empleo está alto, el mercado consumidor intacto y la masa salarial en crecimiento. Es un privilegio de Brasil mientras que muchos países enfrentan desempleo y caída de los salarios”, concluyó.