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Peña Nieto cambia la historia de México: logró su reforma energética, pero hay que instrumentarla

Viernes, 8 de agosto de 2014 - 10:59 UTC
Con la reforma Peña Nieto puede llegar a transformar a México asegurando una participación privada en la empresa y en la explotación de las grandes reservas  Con la reforma Peña Nieto puede llegar a transformar a México asegurando una participación privada en la empresa y en la explotación de las grandes reservas
Los pasivos y prácticas de corrupción son el gran desafío a enfrentar para poner a Pemex en la senda de la eficiencia y competencia Los pasivos y prácticas de corrupción son el gran desafío a enfrentar para poner a Pemex en la senda de la eficiencia y competencia

La reforma energética del presidente de México Enrique Peña Nieto, cuya reglamentación fue aprobada el miércoles por el Congreso, lanza al ruedo a Pemex como una nueva empresa productiva del Estado con mayor autonomía de gestión, pero con grandes desafíos tecnológicos y financieros.

 De acuerdo con la información corporativa, Pemex es el séptimo productor de crudo del mundo y la undécima empresa integrada a nivel internacional, así como la décimo tercera en reservas de crudo y capacidad de refinación.

Pero a pesar de que ocupa sitios de primer orden a nivel mundial, empezará su conversión con fuertes problemas para poder competir con firmas foráneas dentro de su propio territorio.

Entre sus principales inconvenientes se halla el enorme pasivo que incluye deudas de corto y largo plazo, impuestos y derechos, así como pasivos laborales, por 2,32 billones de pesos mexicanos (el equivalente a 178.028 millones de dólares).

Una de las principales causas de este enorme pasivo han sido las prácticas de corrupción que han derivado, según acaba de recordar la Iglesia Católica, en privilegios sindicales además de “pagos improcedentes de contratos, pérdidas millonarias en la producción, arrendamientos sin cobrar y licitaciones directas improcedentes”.

Otro de los desafíos es superar sus deficiencias tecnológicas y la falta de experiencia en la explotación en yacimientos en aguas profundas y de gas esquisto, supuestamente la gran riqueza de México, pues se cree que posee las cuartas mayores reservas del planeta cerca de la frontera con Estados Unidos.

El reto inmediato que afronta es revertir la caída de la producción y restitución de reservas, que según el último informe se ubican en 42.160 millones de barriles, de las cuales 13.440 millones son probadas, 11.380 posibles y 17.340 probables.

Durante 2013 Pemex produjo un promedio de 2,52 millones de barriles diarios de crudo, cifra que ha caído paulatinamente desde 2004 cuando alcanzó su máximo nivel de producción con 3,38 millones de barriles diarios, aunque a partir de ese año comenzó a descender hasta estabilizarse en 2010.

Sin embargo, para este año Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció que reducirá su meta de producción a 2,4 millones de barriles pese a anunciar este año una inversión de 27.000 millones de dólares.

El año pasado la empresa estatal registró un ingreso total por 122.984 millones de dólares, cifra menor en un 2,4% respecto al registrado en 2012 cuando alcanzó el mayor nivel de su historia.

Según un comparativo a nivel mundial, los ingresos de Pemex distan mucho de los registrados por sus rivales estadounidenses Exxon Mobil, con 452.900 millones de dólares, y de Chevron, con 245.600 millones de dólares.

A nivel planetario Pemex se ubica por sus ingresos en el 34° puesto de las mayores empresas, de acuerdo con el ranking de la revista Fortune.

Pemex es una empresa rentable en términos de ingresos brutos, que sumaron 62.7350 millones de dólares en 2013, mientras que su rendimiento de operación ascendió a 55.671 millones de dólares. No obstante, casi el 70% de sus ingresos son absorbidos por el Estado.

Por esta razón, según los últimos resultados registró una pérdida neta de 6.772 millones de dólares en el primer semestre de 2014, una cifra 65,3% mayor a la acumulada en el mismo período del año pasado.

Los ingresos de Pemex son equiparables a la suma de los ingresos de las cinco principales compañías privadas del país: América Móvil, Walmart de México, Femsa, Cemex y Alfa, de acuerdo con un listado de la Bolsa Mexicana de Valores.

Desde su origen, Pemex se convirtió en la columna vertebral de las finanzas públicas y ha aportado desde entonces más de una tercera parte de la recaudación fiscal, cifra que ha oscilado debido a los precios internacionales entre el 31 y el 38% en los últimos siete años.

Asimismo, la contribución al PIB de los ingresos petroleros se ha ubicado entre el 8,7 y el 7,4% en el mismo período.

La producción de Pemex como empresa sólo es superada por la Saudi Aramco, la National Iranian Oil Company (NIOC), la China National Petroleum Corporation (CNPC) y la Kuwait Petroleum Corporation (KPC).

Pemex se convirtió en uno de los más importantes exportadores de crudo en 1974, gracias a los descubrimientos y explotación del yacimiento de Cantarell, en la Sonda de Campeche en el Golfo de México.

La empresa fue creada después de la expropiación de 17 empresas inglesas y estadounidenses el 18 de marzo de 1938 por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, luego de un conflicto laboral con esas compañías, lo que generó un sentimiento nacionalista y soberano en la mayoría de la población.

Desde entonces la petrolera ha sido un símbolo y una bandera de la izquierda que ha rechazado la apertura del sector a la inversión privada y que se ha opuesto sin éxito a la reforma de Peña Nieto, aunque confía en revertir la apertura mediante un referéndum convocado para el próximo año.