Los países de América Latina y el Caribe “han logrado avances importantes en la lucha contra el trabajo infantil”, pero aún deben redoblar esfuerzos para erradicar esa práctica que afecta a 12,5 millones de niños en la zona, afirmó la directora de la OIT para la región, Elizabeth Tinoco.
Según un comunicado difundido en Lima por la OIT con motivo del Día Internacional contra el Trabajo Infantil, que se celebró el jueves, el 27,9 % de la población en la región tiene hasta 14 años y se ha producido “una importante reducción” en el trabajo infantil, frente a la cifra anterior, que era de 14 millones en 2008.
“Pero la noticia preocupante es que al mismo tiempo aumentó el trabajo peligroso, que pasó de 9 a 9,6 millones de niños. Para estar claros: la gran mayoría de los niños que trabajan en la región realizan trabajos peligrosos”, dijo Tinoco.
La directora regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) agregó que “es necesario abordar las causas fundamentales del trabajo infantil y para eso la protección social es clave pues apunta directamente a reducir la vulnerabilidad de las familias”.
Tinoco remarcó que aún se tiene “un largo camino” que recorrer, ya que menos del 1 % del PIB de la región es invertido en programas de protección social “que contribuyan a mantener a los niños apartados del trabajo, en las escuelas y en los patios de juegos, que es donde les corresponde estar”.
La OIT señaló que ha colocado a la protección social contra el trabajo infantil como el tema principal de las actividades del día mundial de este año e hizo notar que la inversión en programas que impactan positivamente la vida de los niños equivale a 0,4 % del PIB mundial, y a 7,4 % del total de la inversión pública en protección social (excluyendo la inversión en salud).
Esos datos, incluidos en el “Informe Mundial sobre Protección Social” de la OIT, indican que en América Latina y el Caribe ha habido progresos importantes a través de los programas de transferencia de recursos a las familias que benefician a los niños.
Sin embargo, aún el gasto público en protección social que repercute sobre el trabajo infantil no sobrepasa el 0,7 % del PIB regional y representa solo el 6,5 % del gasto total en protección social.
“Al conmemorar este día mundial debemos tener muy presente el reto de aumentar este gasto en protección social, que es uno de los pilares de cualquier estrategia exitosa contra el trabajo infantil”, enfatizó Tinoco.
Entre las medidas que benefician a los niños, la OIT mencionó a las transferencias de efectivo, condicionadas o no, los programas de empleo que beneficien a los adultos con acceso a trabajo decente, la seguridad en salud, las prestaciones de maternidad, la protección para las personas que tienen un empleo para reducir la vulnerabilidad de las familias y la protección por desempleo.
“Cuando una familia está protegida, es menos probable que sus niños sean víctimas de trabajo infantil”, agregó Tinoco.