A pocos días de haberse impuesto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia, el candidato opositor Óscar Iván Zuluaga parece haber dado un vuelco con respecto al diálogo de paz con las FARC. En un principio el uribismo se había pronunciado en contra de las negociaciones, pero en el último tiempo flexibilizó su posición.
Para avanzar en la búsqueda de la paz y recogiendo la propuesta del Partido Conservador, hemos acordado que se continuará conversando con las FARC en La Habana, sin acuerdos a espaldas del país, con condiciones y plazos que garanticen avances tangibles, definitivos, verificables con acompañamiento internacional, confirmó Zuluaga en el documento de alianza firmado con Marta Lucía Ramírez, candidata el fin de semana pasado por el Partido Conservador.
En menos de una semana, la posición del partido uribista Centro Democrático (CD) pasó por todos los estados. Luego de haber ganado en primera vuelta con el 29,25% de los votos, el delfín político del ex presidente Alvaro Uribe mantuvo su postura firme con relación a las negociaciones que se están llevando a cabo en La Habana.
Allí manifestó que no se puede permitir que las FARC comanden el país y consideró que se está enviando a la sociedad un mensaje de que es lo mismo ser honesto que delinquir, asesinar que salvar vidas, porque al final no hay castigo para los que actuaron mal ni justicia para las víctimas.
Menos de 24 horas después, el lunes volvió a mostrar la misma posición tajante y adelantó que, en caso de ser el próximo presidente, el día de su posesión, el 7 de agosto, suspenderá provisionalmente los diálogos si la guerrilla no aceptaba sus condiciones.
Al día siguiente, desde La Habana, la guerrilla optó por no responder al candidato presidencial. No le vamos a responder porque él todavía no es el presidente, se limitó a contestar Iván Márquez, jefe negociador de las FARC en la capital cubana.
Al mismo tiempo, Zuluaga llamaba al resto de los candidato a unir esfuerzos para aumentar su caudal de votos para la segunda vuelta del próximo 15 de junio.
Diversos analistas consideraban que para conseguir consenso entre el resto de los candidatos, el uribismo debía flexibilizar un tanto su posición con respecto a las negociaciones de paz. Y así fue.
Una vez firmado el acuerdo con la candidata Marta Lucía Ramírez, quedó en evidencia que el partido opositor se comprometió a otorgar ciertas concesiones.
El actual proceso de diálogo con la guerrilla lleva ya más de tres años en los cuales se han registrado crímenes de lesa humanidad que contradicen el espíritu de reconciliación que lo sustenta. Las FARC con estos actos le quitan oportunidades a la paz. El esfuerzo también debe venir de su parte y no solo desde la sociedad, reza parte del comunicado elaborado entre las dos fuerzas opositoras.
El candidato del ex presidente Uribe aseguró que primero se evaluarán los tres puntos que ya se han acordado entre el gobierno y la guerrilla. A su vez, agregó que en el primer mes exigirán dos condiciones como muestras tangibles de paz para continuar con el proceso: acabar de inmediato el reclutamiento de menores; y acabar la colocación de minas antipersonales y entregar al gobierno los mapas de campos minados para iniciar el desminado de inmediato.
Asimismo, Zuluaga exige un desarme unilateral, aunque no hace referencia a los castigos que deben recibir los guerrilleros. En un principio, el candidato había fijado un mínimo de seis años de cárcel para los que resultase culpable.