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Mujica reconoce que Uruguay podría atraer turismo de marihuana

Viernes, 16 de mayo de 2014 - 13:51 UTC
Merchandising vinculado a Mujica y la marihuana en Uruguay. (Foto AFP) Merchandising vinculado a Mujica y la marihuana en Uruguay. (Foto AFP)

El presidente uruguayo José Mujica asumió que el país podría atraer al llamado “turismo canábico” tras la reglamentación esta semana de la ley que legaliza el autocultivo, los clubes de marihuana, así como la producción en predios militares y la distribución de la droga a consumidores a través de una red controlada por el Estado.

 Mujica dijo en una entrevista con la agencia AP que los extranjeros que pretendan conseguir marihuana en Uruguay “van a venir, pero somos una sociedad bastante madura y no creo que haya una disponibilidad”. “Alguna cosita puede ser que se nos escape”, reconoció, aunque relativizó su importancia indicando que “no encontrarán mucha yerba” ya que la compra de marihuana de producción estatal, que se venderá en farmacias, sólo será legal para residentes. Ver: Turistas no podrán comprar marihuana del Estado en Uruguay.

La mención de las farmacias como punto de venta –algo que ha generado polémica en el sector y que aún no ha sido implementado- ya generó “demanda” turística durante el verano.

Varias farmacias de Punta del Este, en particular, recibieron en plena temporada consultas diarias de argentinos y brasileños que querían comprar marihuana.

”La ley autoriza la compra únicamente a los residentes inscriptos y en ningún caso comprende a los visitantes”, explicó el subsecretario de Turismo, Antonio Carámbula antes consultas de la prensa internacional: “Esta ley es una consecuencia de que las políticas represivas han sido ineficaces. Por eso Uruguay ha ido en la línea de aumentar los controles sobre sustancias que generan adicción: el combate al tabaco, la ley que controla la venta y consumo de alcohol, y ahora con la regulación del consumo de la marihuana.”

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro ha dicho que varias embajadas uruguayas recibieron consultas de extranjeros para saber si tramitando la ciudadanía pueden venir a Uruguay a consumir.

“Los embajadores han recibido consultas sobre sacar la residencia en Uruguay, qué derechos da eso frente a la nueva ley (de marihuana)”, dijo, además de que hay averiguaciones dirigidas a la posibilidad que tienen los turistas de comprar marihuana cuando estén unos días en Uruguay.

“La idea no es generar un turismo de marihuana”, sostuvo Almagro. Desde el gobierno se ha expresado que Uruguay no pretende perjudicar a los países vecinos con la legalización de la venta de marihuana regulada por el Estado, desde donde se ha hecho llegar la preocupación de que se estimule el turismo de marihuana y que desde Uruguay se genere un tráfico hacia los países de la región.

Responsabilidad frente a turistas

“Es imposible no vincular la marihuana al turismo”, sostiene el operador turístico y ex presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viaje (Audavi), Sergio Bañales, quien sostiene que al Ministerio de Turismo “se la ha endosado” una difícil responsabilidad. “Uruguay será destino de moda en 2014 por este tema”, afirma: “Hay que aceptar esta realidad y trabajar para ello o derogar la ley”.

Bañales sostiene que la legalización del autocultivo y la venta, aun dentro de los márgenes previstos por la reglamentación, “vendrán instancias difíciles de controlar, destacándose la relación turista-ciudadano ante lo cual el Ministerio de Turismo deberá ser extremadamente participativo y detallista”.

“La actividad turística no se merecía tal imposición sin ser consultada, pues de todas es la más afectada”, dijo, respecto a la ley.

“Se le acaba de asignar a la ministra Kechichián y a su cartera la más alta responsabilidad en cuanto a la ascendencia en el ámbito cultural, hábitos y comportamiento de la colectividad laboral turística que es la que tiene un directo relacionamiento con la población flotante que ingresa al país”, sostiene el director de la agencia Mac Travel.

Desde su punto de vista, “los profesionales y la estructura física y legal no están preparados para recibir a este segmento del mercado, que deberá ser tratado de forma diferencial al convencional”.

“En mis experiencias de viajes, visitando ciudades como Amsterdam, Vancouver o Seattle he apreciado a los turistas en busca de ‘alucinaciones’ probar los múltiples usos del cannabis. En algunos lugares llamados ‘amigables’ -bares, clubes especiales- se percibe una adhesión a la causa ‘amor y paz’, pero también existen recintos en los que se ofrecen encuentros con pares para actividades con alto descontrol, donde aparte de cannabis en sus distintas formas y gustos (bebida, comida o modalidad de porro), se consume alcohol y en algunos casos drogas más pesadas; estos destinos turísticos en cierto aspecto han adoptado obligadamente un nuevo perfil de destino en detrimento de la imagen que se buscó como ‘destino turístico’ originalmente“, relata Bañales. Ver: Turismo de narcóticos, tendencia al alza.

“En breve aparecerán los ‘Hoteles Amigables’ con facilidades para quienes deseen alojarse y compartir con gente que practique las mismas formas de drogarse, ofreciéndoles artículos relacionados al consumo de la sustancia y también se establecerán talleres prácticos en los cuales se enseñará las diferentes formas de cultivo, de cocinar el cannabis y de preparar cócteles”, anticipó el expresidente de AUDAVI.

También sostiene que “es de esperar que prontamente se ofrecerán ‘Tours Alucinantes’ que determinarán una modificación en la regulación de la actividad y varios aspectos que deberán tenerse en cuenta, como ser el ofrecimiento del cannabis de forma ilegal a los visitantes. Estas posibilidades de comportamiento del mercado conllevan a una alta responsabilidad para quienes manejen este segmento turístico, pues si actores ajenos a nuestra actividad ofrecen a los turistas la oportunidad de probar esta sustancia es de orden saber que la misma pasa a la sangre a través de los pulmones y afecta rápidamente el cerebro, por lo que se puede complicar la estadía del visitante”, indicó.

Desde esta perspectiva, “la responsabilidad del operador turístico será muy alta y es tarea de las autoridades pertinentes y de aquellos referentes prever situaciones desagradables y un costo social ante la aparición de una problemática que ya fue experimentada por otros países que pretendieron regular sin obtener suceso”.

Bañales propone “elaborar prontamente una guía para que el visitante sepa a qué ajustarse cuando venga con intenciones de llevar adelante actividades que se le ofrecerán libremente aquí en Uruguay”.

Sostiene que “va ser difícil detectar quien viajará a Uruguay con intenciones de recrearse o de permanecer en toda su estadía en estado drogado: al menos a través de una publicación se lo advertiremos informándole cual son las reglas de juego”. Más allá de esto, apuntó que “si no queremos ser un destino turístico cannábico debemos salir a gritarlo y evitar que se difunda que en el Uruguay se puede desarrollar una actividad ilegal, basado en la llamada política de tolerancia, corriendo el peligro de empañar la reputación actual que tenemos de ”Uruguay Natural” .