Con emotivos discursos, Nueva York inauguró este jueves en presencia del presidente Barack Obama su museo del 11-Septiembre, doloroso recuerdo de una jornada que los Estados Unidos nunca olvidarán y cambió la historia de ese país.
Junto al presidente están centenares de familiares de las víctimas, sobrevivientes, miembros de los equipos que participaron en los rescates y personalidades locales, entre ellos, el ex alcalde de la ciudad Michael Bloomberg, en su calidad de presidente del Memorial y del museo, así como el ex alcalde Rudy Giuliani, en funciones en el momento de los ataques, así como el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo y el de Nueva Jersey, Chris Christie.
Obama hizo foco en los héroes que ayudaron a salvar la mayor cantidad de personas tras el impacto de los aviones contra los edificios del World Trade Center. Además, sostuvo que el museo será un lugar sagrado para sanar sus corazones.
Todos aquellos que vengan aquí encontrarán en él una experiencia profunda y movilizadora, continuó el Presidente. Aquí contamos la historia para que las generaciones futuras jamás la olviden.
Obama remarcó la fortaleza que el atentado generó en el sentimiento de los norteamericanos por su país: Nada podrá quebrarnos jamás. Nada puede cambiar quiénes somos como norteamericanos.
Aquellos que perdimos siguen viviendo en nosotros, en las familias que aún los aman, agregó, antes de hacer referencia a uno de los héroes, identificado como el hombre del pañuelo rojo, quien salvó muchísimas vidas en una de las Torres. Llevó a todos esos sobrevivientes a un lugar seguro. El famoso pañuelo rojo es uno de los objetos que se exhibe en el museo.
El museo subterráneo, una especie de cripta gigante construida en el lugar de los atentados del 11 de septiembre de 2001, estará abierto luego las 24 horas durante seis días solamente para los familiares, vecinos y miembros de los equipos de rescate, y a partir del 21 de mayo para el público en general.
Miles de objetos están expuestos en el museo, desde un par de zapatos manchados de sangre hasta un camión de bomberos con la escalera completamente deformada.
En el homenaje se honra a los 2.983 hombres, mujeres y niños que murieron en los ataques del 11 de septiembre de 2001 y a los del primer atentado contra el World Trade Center, el 26 de febrero de 1993, en el que murieron seis personas.