Cinco días cumplimos en estas alucinantes islas (Falklands/Malvinas), cinco días en los que he de decir es muy fácil terminar entablando conversación alguna con la gente que vive aquí.
Pareciera que a una comunidad de 2,500 habitantes, los turistas les resultamos un bicho bastante exótico, de ahí que todas las personas aprovechen para acercarse, platicar y mostrar su calidez de alguna u otra forma, ya sea recomendando lugares para visitar, o por qué no, invitando las cervezas. Eso sí, si hay algo que llamó mi atención, es que TODAS las personas con las que he platicado en este viaje buscan dejar claro, en algún momento de la charla, su estado soberano.
‘We are not British or Argentinians, we are Falklanders’ es la frase con la que los habitantes de estas Islas, sentencian su situación. Y sí, uno podrá decir que desde fuera se tiene cualquier otra percepción, influenciada muchas veces por nuestra propia ignorancia. De ahí que me diera a la tarea de investigar un poco más sobre la forma en la que se gobiernan las Islas Falkland.
Partamos desde la situación política de las Falkland, técnicamente son lo que se conoce como British Overseas Territories o Territorios Británicos de Ultramar. Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos para no caer en la confusión de siempre, pues una cosa son las colonias y otra muy diferente los Territorios Británicos de Ultramar. La principal diferencia entre unos y otros, es que los Territorios Británicos de Ultramar son dependientes pero NO son administrados directamente por el Reino Unido, cuentan con su propio sistema de gobierno que se encarga de gestionar y tomar toda clase de decisiones que inciden en la vida de estos habitantes, también tienen leyes y constituciones independientes a la del Reino Unido, que a final de cuentas, únicamente se encarga de la protección, de las relaciones exteriores y los asuntos de negocios de estos territorios.
De hecho, en el caso puntual de estas Islas, fueron los propios ‘Falklanders’ los que ante el embate mediático del gobierno argentino al conmemorarse el 31 aniversario del conflicto, decidieron convocar al famoso referéndum político celebrado hace unos meses, con el fin de que el mundo dejara de verlos de forma condescendiente, y por el contrario, escuchara su voz y respetara su decisión. Así, ante la pregunta: ¿Usted desea que las Islas Falkland mantengan su status político como Territorio Británico de Ultramar? El 99.8% de la población voto por el “sí”, y si bien muchos podemos perdernos de nueva cuenta en la terminología política, sólo basta salir a la calle y platicar con los habitantes de estas Islas para darse cuenta de que ellos en realidad, no se consideran británicos ni argentinos, sino Isleños y hablan de las Falkland como “su país”.
Pero entonces ¿cómo se gobiernan las Islas Falkland?
Aquí es donde otra vez creo que estos isleños en realidad son una civilización mucho más avanzada que la nuestra, pues su sistema de gobierno está centrado en un parlamento compuesto por ocho personas, ciudadanos comunes y no tan corrientes como los nuestros y es que una de las grandes maravillas de las Falklands es que ¡NO EXISTEN LOS PARTIDOS POLITICOS! Si, así como lo leen, las 8 personas que conforman el parlamento en efecto son electas por los habitantes de las Islas, pero claramente no tienen la necesidad de estar llenando la ciudad con su cara en cada poste, por el contrario, son personas que buscan estar en contacto muy directo con la sociedad, y así atender cualquier situación que pueda suceder.
Además del parlamento, existe un gobernador que es nombrado por la Reina Isabel, sin embargo, este gobernador no cuenta con facultad alguna para tomar decisiones o promulgar leyes, su papel se limita a visar las decisiones del parlamento, el cual es electo cada cuatro años. De hecho, por primera vez los integrantes de esta asamblea reciben un salario, que asciende a 55 mil dólares por año.
Cuando se les pregunta a los integrantes de esta asamblea por la situación de las Falklands, rápidamente, al igual que cualquier otro ciudadano de la Islas, atajan la discusión: Somos un territorio independiente, no recibimos ni enviamos dinero al Reino Unido. Se trata de una isla autosustentable, que sólo gasta el dinero que genera, y lo hace de una forma responsable, aprovechando sus recursos (la mayor parte del presupuesto se destina a educación y salud) pero al mismo tiempo, priorizando en la preservación de los mismos:
“We don’t own the land, we have it only borrowed from the future generations, and that’s what we need to take care” o “Nosotros no somos dueños de la tierra, sólo la tenemos prestada de las futuras generaciones, por eso necesitamos cuidarla”
Es una de las frases que nos dice Andrez Short, dueño de Swan Inlet Farm, una pequeña granja que se ubica a una hora de la capital de las Islas. Andrez es la séptima generación de su familia que ha nacido en las Falklands y desde el 2002, se dedica a su granja. Sin embargo, su prioridad no es tener más ganado, vender más carne y tener más dinero. Durante los últimos 14 años, Andrez ha desarrollado un interesante sistema de rotación de ganado, a través del cual, implementó un programa que permite a sus ovejas pastar durante un periodo predeterminado en una parte de su granja, para posteriormente cambiarlas de ubicación y llevarlas a pastar a otra zona de su propiedad. Así, Andrez se ha encargado de que sus ovejas no sólo coman pasto, sino que ese mismo pasto se regenere de una forma natural, manteniendo todos sus nutrientes, lo que se traduce en un ganado mucho más saludable. El sistema implementado por Andrez Short en Swan Inlet Farm ha hecho que los productos derivados de sus ovejas (principalmente lana) sean de las cosas más cotizadas en las Falklands a tal grado que cuando nació el Príncipe George, el gobierno de las Islas decidió enviar como regalo oficial una manta fabricada con lana de Swan Inlet Farm. Para sorpresa de todos, el regalo no sólo fue recibido, sino que la manta que salió de una humilde granja a 40 kilómetros de Stanley, terminó siendo la que cubrió al Principe George, heredero de la corona británica, en su bautizo.
Si hablamos de pesca, los ‘Falklanders’ implementaron hace unos años un programa que también les permite seguir manteniéndose como uno de los principales proveedores de calamar para el continente europeo, pero al mismo tiempo garantizando la constante reproducción de esta especie, procurando la preservación de la misma para futuras generaciones.
¿Energía? El 40% de la energía eléctrica de la Islas, se genera a través de granjas eólicas, además existe un yacimiento petrolero recién descubierto en Sea Lion. Los habitantes de las Islas Falkland saben del gran reto que tienen en puerta pero lejos de verlo como una gran mina de oro, asumen su papel y dicen que la “última decisión” la tienen ellos. El petróleo es algo “extra” para ellos y lejos de volverse locos con los millones de dólares que les esperan, deciden tomarlo con calma. Saben que estos ingresos les darán mayor certeza para mantener la independencia económica de la Islas y la forma en la que viven y se maneja. Según cuentan, la mayor parte de estos recursos será destinado para mejorar los servicios de educación y salud.
Hay que recordar que aquí todos los sistemas educativos y de salud son gratuitos. Si alguien requiere mayor tratamiento médico, se le traslada a Chile, con un costo único de 500 libras por todo su tratamiento, un costo que los políticos quieren solventar por completo.
¿Y el desempleo acá? Aquí no existe. De hecho, las proyecciones de los políticos es que en cuatro o cinco años, puede haber más plazas de trabajo disponibles, que gente para cubrirlas en estas Islas.
Así, las Islas Falkland nos demuestran que lejos de ser un territorio sumido en la condescendencia, son, en muchos aspectos de la vida cotidiana, una civilización mucho más avanzada que otras grandes potencias; autosustentables, con estabilidad económica, oportunidad de empleo, educación y sobre todo con un envidiable respeto a la naturaleza y a las futuras generaciones.
(*) Un grupo de periodistas mexicanos fueron invitados por el gobierno de las Falklands a recorrer las Islas. Esta es una de las crónicas publicadas en Sopitas.com