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Paraguay y Argentina discrepan sobre la deuda de represa compartida Yacyretá

Martes, 21 de enero de 2014 - 00:44 UTC
El contrato a cuarenta años vence en marzo, y será necesario rever los términos del acuerdo El contrato a cuarenta años vence en marzo, y será necesario rever los términos del acuerdo

Paraguay pedirá próximamente a la Argentina una drástica revisión de la multimillonaria deuda por la construcción y el mantenimiento de la hidroeléctrica Yacyretá, que ambos países comparten y que la Argentina le reclama.

 La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), conformada por los gobiernos de la Argentina y Paraguay, acumula una deuda de al menos 15.840 millones de dólares debido a su gestión deficitaria en los casi 40 años de administración conjunta.

De esos 15.840 millones de dólares, la entidad debe un 93% (unos 14.731 millones) al gobierno de la Argentina (que tuvo que poner ese dinero a lo largo de los años para que Yacyretá funcione) y el resto a bancos, entidades financieras de nivel internacional y proveedores.

Así se desprende de un informe elaborado en 2009 para el Congreso paraguayo por la propia Entidad Binacional que gestiona la represa, que le brinda a la Argentina el 20% de la energía que el país demanda para cubrir su necesidad.

El Gobierno argentino le reclama a Paraguay, en tanto, unos 9.000 millones de dólares, lo cual en noviembre de 2013 generó un duro enfrentamiento con el presidente paraguayo Horacio Cartes, que sostiene que no cuenta con los recursos para hacer frente a ese pasivo.

La gestión de Cartes mantiene la postura de que la deuda de Yacyretá no es de Paraguay, sino de la represa conjunta, y para ello plantea un esquema de pagos con lo que produce esa misma empresa como solución posible.

Pero ahora Juan Schmalko, el director paraguayo de la hidroeléctrica, reconoció ante la prensa internacional que cada año las cargas financieras de la deuda de la Entidad Binacional suben 1.000 millones de dólares, mientras que su producción energética solo vale 900 millones.

Schmalko precisó en recientes declaraciones que la deuda, sobre la base solo del capital aportado por Argentina y no a los intereses, sería de unos 6.000 millones de dólares.

Esa situación tornaría insostenible la postura de Paraguay de que sea la propia EBY la que pague su deuda, dado que si la entidad fuera una empresa privada estaría en la quiebra en la actualidad si no fuera por el aporte de los Gobiernos para mantenerla en funcionamiento.

Cartes no solo desconoce la deuda sino que el sábado último dijo que está trabajando con Smalcko para que los fondos que recauda Paraguay por la producción energética de Yaciretá sean volcados a políticas sociales en su país.

“En eso estamos trabajando, eso les puedo asegurar, vengo hablando con el director Johnny Smalcko. Los recursos de Yacyretá hay que volcar al lado social para la gente”, dijo el presidente de Paraguay al participar de la 35ª Edición de la Fiesta de la Tradición Misionera, en la plaza Fulgencio Yegros.

No es la primera vez que Paraguay quiere pasar a limpio los libros de cuentas, pero esta vez tiene una fecha límite, el 27 de marzo, cuando se cumplen los 40 años de la entrada en vigor del tratado entre ambas partes, que exige la revisión de los términos en esa fecha.

Los intereses de la deuda emanan del gasto que hizo Argentina en las obras, iniciadas en 1983, una década después de la firma del tratado, y paradas, sin completarse, en 1998, por lo que sus turbinas solo alcanzaron el potencial previsto en 2011 tras la retomada de los trabajos en los últimos años.

Paraguay, que contribuyó a la construcción con el 80% del terreno anegado, usa esos retrasos como argumento a favor de al menos una renegociación de la deuda.