La ola de calor sin misericordia que castiga al Cono Sur atlántico de América del Sur también ha llegado a Chile donde unas 16.200 hectáreas han sido consumidas por incendios forestales que han afectado desde la semana pasada distintas zonas del centro y sur de Chile y cubriendo partes de la capital Santiago con una inmensa humareda.
“Quiero dar la tranquilidad de que, si bien hay una gran cantidad de incendios activos, estos están siendo controlados por los distintos organismos. Están todas las medidas”, aseguró Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).
La magnitud de los incendios ha sido tal que desde el fin de semana varios sectores de Santiago se han visto cubiertos de densas columnas de humo que se han desplazado desde zonas aledañas, como Melipilla, al suroeste de la capital, lo que ha generado cierta inquietud en la población.
El Gobierno anunció que este mismo lunes se celebrará en La Moneda una reunión multisectorial para analizar la situación, encabezada por el presidente Sebastián Piñera y en la que participarán los ministros de Salud, Transportes, Agricultura y el subsecretario del Interior.
Actualmente se mantienen 18 focos activos que están siendo combatidos por brigadas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y bomberos en tanto las pérdidas al domingo se estimaban en unos 100 millones de dólares según el gobierno.
Hasta ahora se mantienen siete alertas rojas, tres amarillas y cinco tempranas o preventivas en diversas regiones de Chile, debido a los incendios y a las condiciones climáticas, marcadas por temperaturas inusualmente altas, por sobre los 30 grados centígrados, las que han contribuido a la sequedad de pastizales, matorrales y hasta árboles nativos en zonas agrícolas.
“El año pasado, en la zona sur las lluvias se extendieron casi hasta fines de diciembre, lo que hizo que los incendios se atrasarán”, dijo en una rueda de prensa el ministro de Agricultura, Luis Mayol.
“Este año (...) las últimas lluvias fueron el 15 de noviembre, por eso que las condiciones para los incendios son mayores y se adelantaron. Por eso las estadísticas respecto al año pasado no han sido favorables”.
La ola de calor que comenzó a fines de diciembre en el Cono Sur ha registrado temperaturas de más de 45 grados en Brasil, Paraguay y Uruguay y ha expuesto entre otras cosas la fragilidad del sistema eléctrico argentino que dejó a cientos de miles durante días en la oscuridad, y en algunos casos hasta sin agua.