El Banco Central de Brasil difundió datos sobre el crecimiento estimado para el año que concluye y el 2014, por debajo de las estimaciones oficiales y luego de que la presidenta, Dilma Rousseff criticara la desconfianza injustificada en la economía del país.
El Boletín Focus, elaborado cada semana con base en la opinión de operadores y analistas financieros, consignó que el Producto Interior Bruto (PIB) del gigante sudamericano avanzará el 2,3% en contraste con el 3,3% pronosticado por el Banco Central a principio de año.
La proyección del Boletín Focus, confeccionado en forma semanal por el Banco Central de Brasil entre un centenar de economistas, también es más baja que la pronosticada a fines de noviembre, cuando se hablaba de un crecimiento del 2,5% para este año para la sexta economía del mundo.
Según el mercado, la previsión de crecimiento para 2014 es del 2%, mientras se estima que en 2013 la inflación llegará al 5,73% y trepará al 5,98% en el próximo ejercicio.
Precisamente la alta inflación, el crecimiento bajo y el aumento del gasto son aspectos que comentaristas y políticos opositores señalan como los más vulnerables de la política económica del Gobierno. Y no descartan que por estas cuestiones las agencias internacionales bajen el rating de la deuda.
Las estimaciones del mercado financiero fueron reveladas luego de que el domingo la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, criticara a través de un mensaje en cadena de radio y televisión la desconfianza injustificada de algunos sectores del país, afirmando que una guerra psicológica podría inhibir inversiones.
Si algunos sectores, por el motivo que sea, instan a la desconfianza, especialmente la desconfianza injustificada, es muy malo. La guerra psicológica podría inhibir inversiones y retardar iniciativas, sostuvo Rousseff.
Sin embargo, la mandataria también dijo que las dificultades tanto dentro como fuera del país no interrumpirán el ciclo positivo que ha garantizado una mejoría en la vida de los brasileños cada año.
En su balance, Rousseff celebró una de las menores tasas de desempleo del mundo (4,6%) y reconoció algunos problemas localizados, como por ejemplo el encarecimiento del costo de la vida.
La presidente de Brasil reiteró que el empeño en controlar la inflación busca mantener el equilibrio de las cuentas públicas. Y también afirmó que el Gobierno actuó sobre los gastos y garantizó el equilibrio fiscal, además de reducir los impuestos y la cuenta de la energía eléctrica.