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El Papa, la Iglesia y la Suprema Corte piden medidas contra el narcotráfico en Argentina

Lorenzetti y la Conferencia Episcopal no ahorraron palabras para definir el avance del narcotráfico en el país

La Corte Suprema de Justicia argentina este martes requirió al Consejo de la Magistratura de la Nación y a los ministerios de Justicia y de Seguridad arbitrar de modo urgente medidas sugeridas por jueces federales del norte del país debido a “la grave problemática” que denuncian vinculada al tráfico de estupefacientes.

 Lo hizo en una resolución firmada por todos los ministros: Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Carmen Argibay y Raúl Zaffaroni.

El documento se dio a conocer a pocas horas de que el secretario de Seguridad Sergio Berni asegurara que “las fronteras están bien cuidadas” contra el narcotráfico.

El presidente de la Corte, Lorenzetti, había advertido que uno de los temas que convocaba al diálogo directo entre el máximo tribunal y la Casa Rosada era el narcotráfico.

“Pasan caravanas de 100 vehículos, con armas, y nadie los puede parar, la Gendarmería ha retrocedido, los jueces no tienen elementos, faltan jueces, hay juzgados vacantes, falta crear juzgados”, afirmó el titular de la Corte.

La semana pasada la Conferencia Episcopal Argentina también trazó un duro panorama sobre el flagelo del narcotráfico en un comunicado que apela a la dirigencia política para que tome medidas urgentes con las cuales combatir a las mafias que operan en el país.

Para la Iglesia, la Argentina está a punto de entrar en una situación de “difícil retorno” y pidió abogar por un amplio consenso entre todos los sectores para actuar con inmediatez. En ese marco, cuestionó que el Poder Ejecutivo aún no haya decidido quién será el reemplazante de Rafael Bielsa en el Sedronar, el organismo que debe coordinar políticas públicas en esta materia.

En ese contexto en una de su partes más fuerte el comunicado expresa:“La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que nada se puede hacer”.

Luego los obispos plantearon la esperanza por una “justicia más eficiente que erradique sin demoras la impunidad. Al mismo tiempo no dejamos de pedir la conversión de los traficantes.”

Luego la Comisión Episcopal tomó palabras del papa Francisco y pidió que “no nos roben la esperanza” y reclamó la protección de los jóvenes ante este flagelo de la droga.

“No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los más frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.”, concluye el comunicado.