El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este martes que entregará el poder en 2011 con la “conciencia tranquila” porque los empresarios nacionales y extranjeros “nunca habían ganado tanto dinero” como en sus ocho años de Gobierno y porque las personas en situación de pobreza por primera vez recibieron un “trato civilizado, humano y democrático”.
Hay pocos lugares en el mundo donde los empresarios ganar tanto dinero como ganan en Brasil, afirmó Lula después de recibir el Premio Nueva Economía Fórum 2010, en el marco de la Cumbre UE- América Latina y Caribe, tras destacar los cambios que ha vivido esta nación sudamericana desde que el Partido de los Trabajadores (PT) llegó al poder en 2002.
Para Lula, es un placer terminar ocho años de gobierno en una situación así, en una situación extremadamente importante para Brasil, que ahora se posiciona como uno de los países que recibe más inversión extranjera y donde la economía se ha reactivado aceleradamente lo que le ha llevado a ser considerada una potencia emergente.
Pero el mandatario brasileño ha destacado que estos progresos no hubiesen sido posible sin la ayuda de la población de escasos recursos. Quien salvó la economía de mi país fue la parte más pobre de la nación que le hizo caso al presidente cuando le dijo que consumiera porque sino los empresarios no iban a producir más y las empresas no iban a vender, explicó.
Sin embargo, aclaró que su gestión se esforzó también para que los trabajadores obtuviesen beneficios. El 99 por ciento de los acuerdos sindicales tenían por objeto aumentos reales del sueldo de los pobres que nunca recibieron un trato civilizado, humano y democrático como en estos años de gobierno, indicó.
Lula reconoció que no fue fácil poder mantener un 83 por ciento de aprobación al final de su mandato, pero aseguró que esto se debió a que él ha despertado en el más humilde de los brasileños su conciencia, he despertado la idea que puede y debe llegar la presidencia basta con querer y prepararse y porque además nunca prometió más de lo que podía dar. Cada vez que prometía algo me lo pensaba antes, confesó.
Para el presidente de Brasil, es motivo de orgullo poder entregar el poder a su sucesor con un país preparado para ir mucho mas allá en medio de la crisis económica que ha golpeado con fuerza al resto de las naciones de América Latina y a casi todos los países europeos.
Volveré muchas veces a España en el futuro, afirmó Lula, por tratarse de un país donde se siente en su propia casa y donde además tiene grandes amigos, entre los que destacó a los empresarios que antes de ganar la Presidencia en 2002 le ofrecieron su apoyo y vieron en Brasil una oportunidad para invertir pese al giro político que dio esa nación sudamericana con la llegada del PT al poder.
Lula apostó por el fortalecimiento de los vínculos con España ahora que en Brasil es obligatoria la enseñanza del español. Por eso invito a los españoles a que hagan un esfuerzo para aprender portugués o para que prueben un sabroso 'portuñol', dijo provocando risas en el auditorio del IFEMA repleto de personalidades políticas e internacionales entre las que figuraban la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner; la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega; y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
No obstante, afirmó que uno de los asuntos más complejos no sólo en la relación con España sino también con la UE es el tema de la inmigración. Es una prueba, un examen para nuestras posiciones comunes porque como sociedades de migrantes e inmigrantes los países deben dar ejemplo y encontrar soluciones que tengan en cuenta las exigencias de justicia y equidad”, aseveró.