China no quiere el aceite de soja argentino mientras no cumpla escrupulosamente sus estándares de calidad.
El gigante asiático reaccionó ayer oficialmente a la crisis, y lo hizo de la peor manera posible: confirmó que, desde hoy mismo, va a reducir gradualmente los ingresos de los embarques argentinos y que es muy probable que se eleven las compras a Brasil y EE.UU., según anunció el Centro de Información de Granos y Aceites de China. De todos modos, permitirán que se descargue el aceite ya embarcado.
De muy poco parece haber servido el encuentro entre el canciller Jorge Taiana y el embajador Gang Zeng en Buenos Aires. China sigue aferrada al argumento de que una soja con más de 100 partes por millón de solvente de hexano pone en riesgo la salud, y utiliza esa arma para desmentir que esté castigando a la Argentina por sus medidas antidumping.
No es cierto que pidiéramos a los importadores dejar de comprar aceite de la Argentina. Lo que hicimos fue reforzar los controles de calidad, y nuestros análisis encontraron que el aceite de soja argentino contiene excesivos residuos, explicó una fuente de la Cámara de Comercio para la Importación y Exportación de Alimentos (CCCFNA) en el diario China Daily, vocero del gobierno.
China asegura que la soja argentina contiene una media de 300 partes por millón de solvente, una cifra bastante elevada que fuentes diplomáticas desmintieron categóricamente a Clarín: Es un número exagerado. Como mucho puede haber alcanzado esa cifra una partida concreta. Sin embargo, la fuente del CCCFNA fue clara: Las importaciones disminuirán si Argentina rechaza adscribirse a nuestras normas de calidad.
En tanto, el embajador de Asuntos Agrícolas, Carlos Cheppi, permanece en Beijing para dialogar con autoridades chinas, lo que probablemente ocurra a la brevedad.
China también se pronunció ayer a nivel diplomático con el objetivo de quitarle contenido político a la crisis. Se trata de disputas normales en importantes países en desarrollo, indicó Li Jinzhang, viceministro de Asuntos Exteriores y responsable de política latinoamericana en la Cancillería china. Necesitamos consultas en pie de igualdad, y damos la bienvenida a discutir el problema. Li recordó que las relaciones bilaterales en los últimos años fueron buenas y puso como ejemplo la esperada visita de Cristina Kirchner en junio, tras la postergación del pasado enero.
Con el anuncio de ayer, China podría estar empezando a dar forma al objetivo de producir el 60% de la soja que consume en 2020. El primer paso sería impulsar su sector y protegerlo de competidores. Sin embargo, la dependencia de la soja argentina es grande, y analistas ven la cancelación como temporal. (Clarín)