En un sorpresivo encuentro en la residencia de Olivos, los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica acordaron ayer los primeros pasos que darán la Argentina y Uruguay luego de que se conozca el fallo del Tribunal Internacional de La Haya por la instalación de la pastera Botnia en el río Uruguay, que se espera para el próximo 20 de abril. El conflicto entre ambos países ya lleva cinco años.
El canciller uruguayo Luis Almagro informó al regresar a Montevideo que los presidentes establecieron que sus ministros de Relaciones Exteriores -él y Jorge Taiana- serán los encargados de administrar la decisión del tribunal internacional y coordinar la agenda posterior entre ambos países, informó el diario El País.
Por su parte, a poco de terminado el cónclave Taiana admitió que el diferendo por Botnia formó parte de la conversación, en la que se habló de esperar el fallo y de la necesidad de respetar el resultado. Sí, se habló sobre Botnia, dijo contundente el canciller al salir de Olivos, en abierta contradicción con las declaraciones hechas minutos antes por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien puso esmero en negar que el principal tema de la agenda bilateral hubiera sido tratado.
El Gobierno argentino buscó minimizar que ambos presidentes empezaron a planificar la relación que vendrá después del fallo. Para eso, puso el énfasis en otros dos puntos de la charla: el dragado del canal Martín García y la compra de gas a Bolivia por parte de Uruguay, que deberá pasar por gasoductos argentinos. Incluso Cristina Kirchner, tras un acto en Malvinas Argentinas, se limitó a mencionar que habrá una reunión de ministros de energía por la cuestión gasífera. De Botnia ni hablar.
En Montevideo, el canciller Almagro se refirió incluso al levantamiento del corte del puente que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Y aseguró que el asunto será tratado por ambos países después de que se conozca el fallo de La Haya. Sostuvo que ese tema no será materia del fallo, pero precisó que sí lo será cómo las dos partes administran el fallo.
Según se anticipa en ámbitos diplomáticos, el fallo de La Haya sería salomónico: cuestionaría la violación del Tratado del Río Uruguay pero diría que no hay evidencias de contaminación por la actividad de la pastera finlandesa.
Con la llegada de Mujica al poder, y en espera del fallo de La Haya, hubo un acercamiento para descongelar las relaciones y abrir una nueva etapa acorde con el vínculo histórico entre ambos países. En diciembre, en Montevideo, Cristina Kirchner y el saliente Tabaré Vázquez minimizaron las diferencias por Botnia, que en el pico de las tensiones llevaron al uruguayo a desplegar tropas militares y a Néstor Kirchner a armar en 2006 un multitudinario acto en Gualeguaychú donde dijo que el tema Botnia era causa nacional.
Vázquez vetó en 2008 la candidatura de Kirchner a presidente de la Unasur. Fuentes de la presidencia uruguaya dijeron a Clarín que si bien no se habló de candidaturas, se conversó ayer sobre los lineamientos estratégicos de la Unasur. Almagro sostuvo que Uruguay no tiene una posición tomada sobre candidatos con vistas a la reunión de mayo de la Unasur; aunque se sabe que Mujica estaría dispuesto a levantar el veto a Kirchner si es único postulante, para dar una señal y pese al costo interno que tendría.