Cuando se llevan cumplidos cuatro días de perforaciones en aguas de las Falkland Islands, operación que ha acaparado la atención de los medios de prensa mundiales, el Director de Operaciones de Desire Petroleum Bob Lyons concedió que es un negocio de suerte y verdad, cara o seca.
Entrevistado por el semanario Penguin News de las Falklands Lyons dijo que “es sólo eso: estamos embarcados en algo muy riesgoso, y será de resultado tan directo como exitoso, o no. No hay más que eso”.
A medida que la cotización de las acciones de Desire subían impulsadas por la noticia de que había comenzado la perforación petrolífera, y caían en cuanto Argentina desplegaba esfuerzos por entorpecer la primera experiencia de perforaciones exploratorias en las Islas en doce años, el hombre responsable por la operación se mostraba imperturbable ante la actual situación política.
“Sólo queremos seguir para adelante con lo que nos propusimos” dijo sin pestañar.
“Estábamos muy al corriente de lo que sería la postura de Argentina por tanto lo planificamos de manera tal de no requerir ningún apoyo de nada localmente. Somos auto suficientes, lo podemos hacer todo solos, por cuenta nuestra” dijo.
En vista de las restricciones marítimas que Argentina ha estado intentando implementar reveló que todo el material necesario sería enviado desde el Reino Unido, “por tanto no nos afecta en lo más mínimo”.
Los planes no se han visto alterados por las restricciones marítimas impuestas, y la respuesta de Argentina la habíamos anticipado dijo Lyons quien agregó que a su manera de ver la prensa se “había pasado” en su desarrollo de acontecimientos. Es más si Argentina decidiera incrementar aún más el nivel de presión, no podría detener la operación, insistió.
En la prospección Liz de Desire, a unos cien kilómetros de la isla oeste, todo a bordo de la plataforma Ocean Guardian, con unos 90 operarios a bordo, viene avanzando de acuerdo al plan.
Las condiciones climáticas han sido menos que ideales en esta primera etapa pero son similares en muchos aspectos con aquellos que se experimentan en el Mar del Norte, el último lugar donde estuvo operando Ocean Guardian, dijo Lyons.
“(La plataforma) puede hacer frente a mucho. Trabajar en aguas con oleaje de dos a tres metros, además de bastante viento es casi de rutina para nosotros”, sostuvo. “Aquí hay una tendencia a vientos más intensos por períodos más largos, pero no es que no se pueda encarar”.
La velocidad del viento puede restringir operaciones de las grúas y hay distintos límites para el movimiento de la plataforma en distintas operaciones.
Lyons también se refirió a las perspectivas de que Desire se convierta en un objetivo de absorción por empresas mayores, si en efecto las perforaciones resultan exitosas.
“Somos una empresa pequeña y la perforación exploratoria es un negocio completamente distinto a un programa de desarrollo completo. Ese es un puente que tendremos que cruzar, esperemos, cuando llegue el momento de tener que hacerlo”.
Lyons dijo que implicaría cambios fundamentales en cuanto a como la empresa fue montada y que precisaría para llegar a la siguiente etapa, si es que la ocasión se presenta.
“Siempre ha sido una opción y puede que muy bien llegue el momento en que queramos pasarle la posta a alguna otra, para que se encargue de avanzar en la siguiente etapa. Sería un lindo problema a resolver”, dijo Lyons.
Descartó rumores de que la plataforma haya sido sobrevolada o seguida por aviones de la fuerza aérea argentina mientras se dirigía al sur. “Son chismes, no más” agregó Lyons quien si confirmó que el pasado 10 de febrero un avión de la guardia costera (prefectura naval) argentina había pasado por encima de la plataforma durante un vuelo de rutina, pero que no se había registrado ninguna otra actividad.
Sharon Jaffrey - Penguin News - Stanley