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El desafío de Edmundo González, de gira en Argentina y Uruguay: ¿puede evitar un nuevo caso Guaidó?
La visita de González a Uruguay se produce en un contexto de alta tensión política El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia visita este sábado Montevideo como parte de una gira regional destinada a obtener respaldo internacional para asumir la Presidencia de Venezuela el próximo 10 de enero, tras declararse vencedor de las elecciones de julio pasado, según las actas que la oposición recabó. Durante su estadía, se reunirá con el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller Omar Paganini, quienes reiteraron el apoyo de Uruguay a la legitimidad de su triunfo electoral.
“En función de la evidencia abrumadora, resulta claro para Uruguay que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de votos en las elecciones presidenciales de Venezuela”, expresó Paganini en redes sociales en agosto pasado.
La visita de González a Uruguay se produce en un contexto de alta tensión política. El régimen de Nicolás Maduro, que desconoce el resultado electoral que reclama la oposición y busca perpetuarse en el poder, ha ofrecido una recompensa de 100.000 dólares por la captura del opositor. Desde su exilio en España, González enfrenta el desafío de consolidar apoyos internacionales antes del 10 de enero, fecha en la que espera asumir la Presidencia. Sin embargo, tras la experiencia con Juan Guaidó en 2019, la comunidad internacional actúa con más cautela antes de reconocer un jefe de Estado paralelo al gobierno chavista.
La gira comienza en Argentina este mismo sábado, donde González se reunirá con el presidente Javier Milei, y continuará en Panamá, Estados Unidos y República Dominicana en los próximos días.
La posición de Brasil y las divisiones regionales
Brasil, de la mano del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, mantiene una postura ambigua respecto a la crisis venezolana. Aunque no reconoce la victoria de Maduro, el gobierno brasileño ha intentado mediar en el conflicto y aún evalúa la posibilidad de enviar una representante a la investidura del líder chavista, condicionada a una invitación oficial. La intención de la adimistración de Lula es la de mantener canales diplomáticos abiertos con Caracas sin importar lo que suceda tras el 10 de enero.
Resistencia interna y manifestaciones convocadas
En Venezuela, la oposición prepara movilizaciones en apoyo a González Urrutia el próximo 10 de enero. María Corina Machado, líder opositora que colocó a González Urrutia como candidato a presidente debido a una inabilitación política que pesa sobre ella, convocó a los venezolanos a manifestarse en las calles y entonar el himno nacional como acto de resistencia. “La derrota final del régimen está muy cerca”, afirmó Machado, quien calificó los comicios de julio como un triunfo político y moral de la oposición.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos denuncian la situación de presos políticos en Venezuela, algunos de los cuales iniciaron una huelga de hambre para exigir su liberación.
Hace unos días, el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, anunció la liberación de más de 400 presos, que unidos a otra tanda liberada antes, suma 1.400 excarcelaciones. El chavismo trata así de atraer a mandatarios de más países al acto oficialista de Maduro, pero, al igual que con Brasil, está por ver qué estados mandarán representación y qué nivel tendrán.
La fecha límite para el reconocimiento internacional al próximo mandatario en Venezuela se fija como el 10 de enero, el fin del período constitucional que Maduro asumió en 2018. Luego de esta fecha, lo que suceda en Caracas puede ser clave para el futuro de la región.
