Un estudio del Laboratorio de Neurobiología de Insectos de la Universidad argentina de La Plata publicado esta semana ha detectado que ciertas mutaciones del mosquito aedes aegypti, trasmisor del dengue, son más resistentes a los insecticidas de lo que se pensaba. La investigación se centró en el tipo dominante en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) de cara a la temporada estival, durante la cual se teme un brote de la enfermedad.
Los investigadores han encontrado tres mutaciones genéticas en la variante del mosquito predominante en el AMBA, que podrían hacerlo más resistente a los métodos de precaución tradicionales. Además, se pronostica que las condiciones meteorológicas derivadas del fenómeno de La Niña podrían reducir las precipitaciones y favorecer condiciones óptimas para este vector. Asimismo, los expertos locales han señalado que el mosquito aedes aegypti se adapta fácilmente a entornos cambiantes.
En este escenario, los científicos señalaron que estos insectos han mostrado una alta resistencia a los insecticidas piretroides, el único tipo disponibles en la provincia de Buenos Aires, lo que podría dificultar el control del mosquito en el corto plazo, dijo a TN la bióloga Sheila Ons.
Estos químicos, los únicos permitidos por la agencia sanitaria federal ANMAT, actúan sobre una proteína clave en el sistema nervioso de los insectos, conocida como canal de sodio. Nuevas mutaciones del mosquito interfieren con el mecanismo, reduciendo así el poder del insecticida para lograr resultados efectivos, por lo que se requieren dosis más altas para lograr el objetivo.
La fumigación constante aumenta la presión de selección sobre las poblaciones de mosquitos, favoreciendo la propagación de variantes resistentes, señalaron los expertos. Se cree que, con la reducción del uso de piretroides, los mosquitos podrían volver a ser susceptibles a los insecticidas y repelentes. Hasta hace 5 años sólo existía una variación del mosquito, pero en la actualidad hay tres gracias a mutaciones aleatorias, señalaron también los expertos. De ahí que combatirlos sea más complejo tanto por su naturaleza como por su cantidad, ya que también hay bastantes más.
Los científicos también han recomendado a los argentinos que comiencen pronto a rociar con productos químicos las superficies y zonas donde puedan desarrollarse los criaderos e insistieron en la importancia de realizar revisiones visuales constantes de estos lugares. Además, se debe vaciar todos los recipientes que acumulen agua, como macetas, cubos y botellas, y utilizar repelentes con regularidad, sobre todo después de bañarse o sudar. Además, es preferible usar ropa que cubra todo el cuerpo.
En este contexto, las autoridades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han comenzado a otorgar turnos para las personas interesadas en aplicarse la vacuna Q-Denga contra el dengue. La campaña comenzará el 30 de septiembre y estará dirigida a adolescentes de 15 a 19 años, según lo aconsejado por la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn).
En una etapa posterior, las personas de 20 a 29 años y luego de 30 a 39 tendrán la oportunidad de recibir el tratamiento de dos dosis. El inmunizante no está recomendado para niños menores de cuatro años ni para adultos mayores de 60 años.