El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el Papa Francisco intercambiaron el miércoles mensajes de paz durante su reunión en el Vaticano. La reunión tuvo un carácter muy formal y supuso un primer acercamiento entre dos líderes que encaran los principales desafíos actuales de manera muy distinta.
“Necesitamos paz”, admitió en un momento del encuentro Trump, quien expresó efusivamente y varias veces su gratitud al Papa por la audiencia del miércoles.
Al pontífice se le vio con gesto más serio antes de iniciar su reunión privada con Trump en la Sala del Tronetto, que duró 27 minutos, y después todo se desarrolló dentro de la normalidad y rigidez del protocolo, con la entrega mutua de regalos y la presentación de la delegación estadounidense.
De acuerdo con la Santa Sede, el papa y Trump mantuvieron un diálogo “cordial” en el que respaldaron “la promoción de la paz en el mundo” mediante la negociación política.
El Vaticano indicó que ambos intercambiaron puntos de vista “sobre algunos temas relacionados con la actualidad internacional y la promoción de la paz en el mundo”, algo que, a juicio de los dos líderes, se debe lograr “mediante la negociación política y el diálogo interreligioso, con especial referencia a la situación en Oriente Medio y la protección de las comunidades cristianas”.
La Casa Blanca no ha informado por ahora del contenido de la reunión ni de los temas tratados.
Al ser preguntado por los periodistas en Villa Taverna, la residencia del embajador estadounidense en Roma y donde recibió después al primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, Trump dijo sobre el papa que es alguien “especial” y añadió: “Tuvimos una reunión fantástica”.
“Nos está gustando mucho Italia”, afirmó también Trump al reiterar el “honor” de haber podido verse con el papa.
Después de la audiencia privada entre ambos, al entregarle el medallón de bronce que regala a muchos jefes de Estado y que representa un olivo que crece entre una piedra partida, el papa explicó a Trump, con ayuda de su intérprete, que le gusta ofrecerlo como obsequio para que los mandatarios sean “unión para la paz”.
Además, al regalarle su último mensaje de la jornada de paz, el pontífice argentino dijo a Trump que lo había firmado “personalmente” para él.
Por su parte, además de una colección de los cinco libros escritos por Martin Luther King y de una pieza del monumento de granito que honra al reconocido activista afroamericano en Washington, Trump entregó al papa una escultura de bronce hecha a mano y obra del artista estadounidense Geoffrey Smith.
Esa escultura representa “la esperanza en un mañana pacífico” al evocar “dos valores universales: la unidad y la resistencia”, según detalló la Casa Blanca.
Al incluir la visita al Vaticano dentro de su primera gira internacional, con paradas en Arabia Saudí e Israel, Trump quería, además de poder encontrarse con el papa, unir a los mundos musulmán, judío y católico en la lucha contra el extremismo radical.
Así que la escala en Roma ha sido “un buen final” para la primera parte de la gira, dirigida a enviar “un fuerte mensaje sobre el nuevo papel de Estados Unidos en el mundo, uniendo a todos en nuestros objetivos comunes y mostrando a nuestros socios que estamos de vuelta”, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
Antes de desplazarse al palacio del Quirinale para visitar al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, Trump y su esposa, Melania, realizaron una visita privada a la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro en compañía de la directora y el secretario de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta y Roberto Romano, respectivamente.
En solitario la primera dama de EEUU ha visitado un hospital pediátrico cercano al Vaticano, mientras que Ivanka Trump, hija mayor del mandatario y asesora presidencial, ha celebrado un encuentro con víctimas de trata de personas en una asociación católica de la capital italiana.
Tras pasar 19 horas en Roma, Trump partió hacia Bruselas para participar este jueves en la cumbre de la OTAN y regresará a Italia para asistir a la cita de líderes del G7 que acogerá la ciudad siciliana de Taormina el viernes y sábado.